CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 de abril de 2011 (ZENIT.org).- Un "milagro" que tiene por objetivo seguir haciendo hablar de Jesús a los jóvenes de hoy. Así ha definido el portavoz vaticano "YouCat", un pequeño libro amarillo que resume el Catecismo de la Iglesia Católica de 1997, y que será entregado junto a las mochilas de los chicos y chicas en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid.

En el editorial de "Octava Dies", semanario informativo del Centro Televisivo Vaticano, el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha explicado que "ya el gran Catecismo de la Iglesia Católica, redactado por voluntad de Juan Pablo II bajo la guía del cardenal Joseph Ratzinger fue un 'milagro', pues pocos creían que era posible lograr una formulación común, unitaria, sistemática y global de nuestra fe, en este tiempo de evolución rapidísima de las mentalidades y el lenguaje, de variedad y de una fragmentación cultural explosiva".

"Milagro de la unidad de la fe en el camino difícil de la historia --añadió--, milagro de una fuerza centrípeta que atrae hacia Cristo, a pesar de las innumerables fuerzas centrífugas que nos empujan a perdernos en la Babel del mundo".

"Pero esta fe única --sigue diciendo el sacerdote jesuita-- debe expresarse con lenguajes capaces de llegar al corazón de los jóvenes de hoy, debe articularse con respuestas a las preguntas que se hacen cada día. De lo contrario, quedará cada vez más lejos de la vida".

"Por este motivo --subraya el portavoz vaticano--, es necesario estudiar el gran Catecismo con los jóvenes, juntos, en comunidad, para comprenderlo y volver a reescribir su riqueza con palabras que puedan comprender sus compañeros, sus amigas y amigos, quienes a su vez también tienen muchas preguntas y expectativas".

"Hay que traducir el libro de la fe para que Jesucristo hable también hoy a los jóvenes, y no sólo a los jóvenes de un país, sino de tantos países diferentes, que tienen en común no sólo la música y la manera de vestirse, sino también los interrogantes decisivos de siempre".

"¡Maravillosa aventura! ¡Valiente empresa! Youcat no nace siendo perfecto, pero es un auténtico milagro el que lo tengamos en la mano --concluye--. Tenemos que mejorarlo y hacer que crezca juntos, con el paso de las nuevas generaciones, con la pasión de la unidad de la fe que responde a su deseo profundo de comunidad y esperanza".