BRUSELAS, jueves 7 de abril de 2011 (ZENIT.org).- La situación actual del mundo árabe y del Magreb, así como las presiones sobre las minorías cristianas, han sido el objeto principal de reflexión de los representantes de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), reunidos desde ayer en Bruselas.
Los veintitrés representantes de los obispados de los países de la Unión muestran así la preocupación de la Iglesia por la actual situación inestable de varios países árabes y por la suerte de las minorías cristianas que allí viven.
De hecho, el tema de la plenaria, “Las Iglesias cristianas en el Magreb y el oriente árabe” [Christian Churches in Maghreb and Mashriq], fue fijada, según afirmó el presidente de la COMECE, monseñor Adrianus Van Luyn, a principios de año, tras los atentados de Alejandría e Iraq.
Monseñor Van Luyn reconoció en su discurso de apertura de los trabajos pronunciado ayer miércoles, que en aquellos momentos, aún recientes los trágicos sucesos, “la apremiante situación de los cristianos en estos países, y el peligro de que el Cristianismo desapareciese de lo que durante dos mil años ha sido su hogar, nos pareció un tema lo suficientemente importante”.
Ahora, a pesar de las revueltas que han provocado derrocamientos en varios de estos países, “la posición de las minorías religiosas – no sólo de los cristianos – sigue siendo precaria. Necesitan ser protegidos”, añadió.
De hecho, aunque las revueltas fueron iniciadas por los jóvenes y a favor de la democracia, y no por el Islam político, el futuro sigue siendo incierto, advirtió, preguntándose “qué pasará después de la expulsión de los viejos gobernantes”; “¿Se decantarán estos países por la democracia real? ¿Qué pasará si el anhelo de democracia no va acompañado de una mejora de la situación económica?”
Esa tarde, los miembros de la COMECE asistieron a un debate sobre el tema, en el que intervinieron el patriarca copto católico de Alejandría, cardenal Antonios Naguib, el arzobispo maronita de Chipre, monseñor Youssef Soueif, y el libanés Nabil Kamal Khalife, profesor de geopolítica y geoestrategia.
El cardenal Naguib, según informó la agencia SIR, advirtió claramente que el movimiento comenzado en Egipto el 25 de enero “corre el riesgo de oscurecerse”, pues “los Hermanos Musulmanes – partido favorable a la islamización política – pueden arrancar de las manos a los jóvenes egipcios esta renovación”.
“Al contrario que los Hermanos Musulmanes, el movimiento juvenil no tiene líderes reconocidos, estructuras para afrontar con alguna posibilidad las próximas elecciones. Necesitan un tiempo que no tienen”, añadió.
La situación de los cristianos seguiría igual o podría empeorar, si en el texto de la futura Constitución sigue considerándose como fuente el derecho la ley islámica, explicó el purpurado egipcio.
Por su parte, monseñor Soueif subrayó la importancia de que los cristianos permanezcan en Oriente Medio, pues “son portadores de cultura y de esperanza, de paz y de reconciliación, y por este motivo son necesarios tanto para los musulmanes como para los no creyentes”.
“Poniendo al hombre en el centro, su dignidad, se abren también a la participación en las estructuras de la sociedad junto con sus conciudadanos, creando los presupuestos para educar en la diversidad, en la acogida, en la justicia y sobre todo en el perdón, un tema fundamental en una tierra de conflictos”.
Más información: www.comece.org