CIUDAD DEL VATICANO, martes 12 de abril de 2011 (ZENIT.org).- El nuevo catecismo para jóvenes, publicado con una introducción de Benedicto XVI, no está a favor de los anticonceptivos, a diferencia de cuanto han anunciado fuentes de información en Internet, basándose en una traducción errónea de la versión en italiano.
Si bien varias páginas web han titulado «Catecismo para JMJ sugiere a parejas cristianas usar anticonceptivos», una lectura completa de «YouCat» («Youth Catechism») , que será distribuido en la mochila del peregrino a unos 700 mil participantes en la Jornada Mundial de la Juventud, demuestra lo contrario.
La misma traducción italiana del original alemán, que contiene un error de traducción en una pregunta sobre la materia (no en la respuesta), aclara la diferencia entre el recurso a los métodos naturales de planificación natural de la familia, y los artificiales, destacando los problemas morales que éstos últimos plantean.
A causa del problema de traducción la editorial en Italia, Città Nuova, ha anunciado este martes que ha detenido la distribución del catecismo, mientras se examina el texto, según ha explicado una portavoz de la editorial en declaraciones a la agencia católica estadounidense CNS.
«YouCat» es una obra realizada por la Conferencia Episcopal Austriaca, cuyo presidente es el cardenal Christoph Schönborn, O.P., secretario de redacción del Catecismo de la Iglesia Católica, de acuerdo con las conferencias episcopales de Alemania y Austria.
En el número 420, según la traducción de Ediciones Encuentro en español, la pregunta dice: «¿Puede un matrimonio cristiano utilizar métodos de regulación de la natalidad?».
Sin embargo, en italiano, la pregunta reza así: «¿Puede un matrimonio cristiano utilizar métodos anticonceptivos?».
«YouCat» responde: «Sí, un matrimonio cristiano puede y debe actuar responsablemente con el don de poder dar vida».
Más allá de este malentendido provocado por la pregunta mal traducida, el resto de los textos de «YouCat» superan las dudas.
«En ocasiones pueden darse condiciones sociales, psíquicas y de salud en las que un hijo podría plantear un desafío enorme, casi sobrehumano –afirma la traducción distribuida en italiano–; por este motivo hay criterios claros que tiene que tener en cuenta un matrimonio cristiano: la regulación de los nacimientos no puede significar que una pareja está evitando la concepción por principio; tampoco puede significar que se excluyen a los hijos por razones egoístas; ni puede significar, por último, que pueda intervenir una coerción externa (cuando, por ejemplo, el Estado decide cuántos hijos debe tener una pareja). Por último, no puede significar que se puede utilizar cualquier medio anticonceptivo».
El número 421 pregunta: «Por qué no son igualmente buenos todos los métodos para evitar la concepción de un hijo?».
«YouCat» responde en italiano, con una traducción que esencialmente responde al original alemán: «Entre los métodos para regular de manera consciente la concepción, la Iglesia hace referencia a las prácticas más evolucionadas de la auto-observación y a la planificación natural de la familia; éstas respetan la dignidad del hombre y de la mujer; respetan las leyes internas del cuerpo femenino; necesitan ternura y atención recíproca y por tanto son una escuela de amor».
«La Iglesia presta una atención escrupulosa al respeto de la naturaleza y ve en él un significado profundo. Para la Iglesia, por tanto, no es indiferente el que una pareja manipule la fecundidad de la mujer o recurra a períodos fecundos o no fecundos. En el nombre de planificación natural de la familia el adjetivo «natural» no se propone por casualidad: es ecológica, íntegra, respeta a la pareja y su salud. Además, si es utilizada de manera correcta, es incluso más eficaz que la píldora (es decir, tiene un índice de Pearl más elevado)».
«Por el contrario la Iglesia rechaza todos los métodos anticonceptivos artificiales, ya sean métodos químicos (la «píldora»), mecánicos (preservativo, espiral), y quirúrgicos (esterilización), que interfieren, manipulándola, en la unión entre le hombre y la mujer. Estos métodos artificiales podrían incluso poner en peligro la salud de la mujer, tener una acción abortiva y comprometer a largo plazo la vida de amor de la pareja», concluye la publicación distribuida en Roma.
Junto a esta respuesta, «YouCat» propone este texto de la encíclica «Familiaris Consortio» (n. 32) de Juan Pablo II: «Cuando los esposos, mediante el recurso a la anticoncepción, separan estos dos significados que Dios Creador ha inscrito en el ser del hombre y de la mujer y en el dinamismo de su comunión sexual, se comportan como ‘árbitros’ del designio divino y ‘manipulan’ y envilecen la sexualidad humana, y con ella la propia persona del cónyuge, alterando su valor de donación ‘total’. Así, al lenguaje natural que expresa la recíproca donación total de los esposos, la anticoncepción impone un lenguaje objetivamente contradictorio, es decir, el de no darse al otro totalmente: se produce, no sólo el rechazo positivo de la apertura a la vida, sino también una falsificación de la verdad interior del amor conyugal, llamado a entregarse en plenitud personal».
El documento también cita las palabras de la Madre Teresa de Calcuta, en el discurso que pronunció al recibir el Premio Nobel de la Paz, en 1979: «La planificación natural de la familia no es más que el autocontrol del amor recíproco entre los esposos».
«YouCat»erá presentado este miércoles en la Sala de Prensa de la Santa Sede por el cardenal Stanisław Ryłko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos; el cardenal Schönborn, el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, y dos jóvenes que han colaborado en la redacción.