EL ESCORIAL, miércoles, 13 abril 2011 (ZENIT.org).- Los días 26 y 27 de marzo se celebraron las XXXI Jornadas Generales de Apostolado Seglar en El Escorial, España, ciudad de la provincia de Madrid, bajo el título “Cultura actual y nueva evangelización. Retos y tareas”.
Las jornadas fueron presididas por el arzobispo de Valencia Carlos Osoro, nuevo presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS); el obispo de Palencia Esteban Escudero, responsable del Foro de Laicos-CEAS; el obispo de Ciudad Real Antonio Algora, responsable del departamento de Pastoral Obrera-CEAS; y el arzobispo emérito de Zaragoza Elías Yanes, director del Itinerario de Formación Cristiana para Adultos de la Conferencia Episcopal.
Participaron en las Jornadas los delegados de Apostolado Seglar y miembros de veintiocho diócesis, presidentes y representantes de dieciocho movimientos y asociaciones de fieles cristianos laicos.
«El contenido central de las jornadas giró en torno a la nueva evangelización en el aquí y ahora de nuestro tiempo. Tiempo marcado por un retroceso de la fe y una pérdida de sensibilidad cristiana», afirman los organizadores.
El arzobispo emérito de Pamplona y Tudela Fernando Sebastián, expuso el marco de reflexión. Presentó algunos rasgos significativos de la cultura actual, señalando que los valores, costumbres y maneras de entender la vida hoy, no predisponen a las personas para acoger la fe cristiana.
Sin embargo, y pese a las dificultades del momento presente, monseñor Sebastián subrayó que evangelizar constituye la dicha de la Iglesia, la alegría del cristiano.
Subrayó la responsabilidad de los líderes cristianos respecto a la fe de sus hermanos. Afirmó que, a la Iglesia le va la vida en la evangelización. La preocupación no debe ser otra que la de salir a buscar a los que están lejos de ella para hablarles de Dios y de su amor, de su gracia, de la felicidad y sentido pleno que ofrece, de la fuente de vida eterna que podemos encontrar en El.
Convencidos, de que el Evangelio salva y humaniza a las personas, animó a llevar a cabo una pastoral de conversión, porque la conversión es la primera consecuencia de la fe en Jesucristo resucitado. La evangelización, por tanto, consiste en una pastoral expresamente orientada hacia la promoción de la fe. En su opinión, hay que replantar la Iglesia, comenzar de nuevo.
En cuanto a las exigencias de una verdadera evangelización, señaló la necesidad del fervor y confianza en la vigencia del Evangelio por parte de los evangelizadores, el entusiasmo, junto con la humildad y paciencia, como actitudes necesarias para ofrecer el don de Dios a muchas personas que lo están buscando. «Es un fraude retener la fe y no compartirla», afirmó monseñor Sebastián.
El contenido de la evangelización necesariamente ha de tener los elementos esenciales del contenido de la predicación de Jesús. De manera pedagógica y creativa la Iglesia ha de presentar a Dios como Él quiere ser conocido, Padre misericordioso, infinito, fuente de vida y amor, fuente de la nueva humanidad.
Exhortó monseñor Sebastián a descubrir que Dios quiere un hombre feliz, libre, responsable, llamado a la vida eterna, criatura de Dios, llamado a vivir con gozo como hijo de Dios.
Los lugares y los medios para anunciar la novedad de Jesucristo son los que forman parte de la vida de las personas y configuran la vida social.
En primer lugar, dijo, la familia, el amplio mundo de la educación, los medios de comunicación, la vida profesional, y la acción pastoral de la comunidad parroquial y la diócesis, dirigida a matrimonios, niños, jóvenes, enfermos y mayores.
En los colegios, en la universidad, mediante la catequesis, con los novios, matrimonios jóvenes, a través del testimonio de la caridad, estableciendo puntos de contacto entre amigos, vecinos, compañeros de trabajo.
La evangelización es la tarea de la Iglesia, tarea en la que los laicos, hombres y mujeres, están llamados a participar en primera línea.
En la tarea de la evangelización los laicos están llamados a responder con vigor, a ser militantes cristianos en este momento de la historia.
Una vez más, se recordaron las palabras del documento de los obispos españoles de 1991: «La nueva evangelización se hará sobre todo por los laicos o no se hará».
La conferencia de monseñor Sebastián dispuso bien a los participantes a la reflexión y al trabajo en grupo, así como al diálogo del plenario, donde se subrayó la urgencia de la evangelización que reclama la comunión de todos los llamados por Dios a trabajar en su plan de salvación.
En el capítulo de informaciones, monseñor Elías Yanes comunicó que sigue adelante la elaboración de los materiales del Itinerario de Formación Cristiana para Adultos.
Este año se editarán los volúmenes 3 y 4, que abordan la síntesis de la fe. La acogida de este plan básico de formación cristiana está siendo muy positiva, comentó. Son ya más de dos mil personas las que lo están siguiendo.
Monseñor Carlos Osoro clausuró las jornadas agradeciendo a todos la participación, el buen ambiente y la riqueza de la reflexión. Animó a seguir trabajando en este «hermoso y necesario campo del apostolado laical».