ZAGREB, sábado 4 de junio de 2011 (ZENIT.org).- De visita pastoral en Croacia, Benedicto XVI ha considerado que esta nación puede contribuir con su entrada a enriquecer la diversidad de la Unión Europea, armonizando con el dinamismo de sus valores cristianos una “cultura racionalista” que olvida la historia del viejo continente.
El papa consideró que la misión de los croatas en la casa común europea consiste en “renovar, en la unidad, la diversidad”, en una entrevista mantenida con los periodistas que le acompañaban en el avión Alitalia, rumbo a Zagreb, en la mañana de este sábado.
Y también a la entrada de este país en la Unión dedicó parte del discurso que pronunció en el aeropuerto internacional de la capital, donde fue recibido por el presidenteIvo Josipović.
Croacia es desde 2004 uno de los cinco países actualmente candidatos oficiales a formar parte de la Unión y un informe de la Comisión Europea de octubre de 2009, a diferencia del caso de Turquía, valoró positivamente a Croacia para una futura ampliación, motivo por el cual podría llegar a ser miembro comunitario ya en el próximo año.
El pontífice recordó que Croacia es“un pueblo que está en el Centro de Europa, de su historia y de su cultura”.
“En este sentido –añadió–, creo que es lógico, justo y necesario que entre. Creo que el sentimiento prevaleciente es el de alegría, el de estar donde siempre ha estado Croacia desde el punto de vista histórico y cultural”.
En su conversación en italiano con los periodistas, el obispo de Roma reconoció que “se puede comprender que haya también un cierto escepticismo, cuando un pueblo, que numéricamente no es grande, entra en esta Europa que ya ha sido creada y edificada”.
“Se puede comprender que quizá se dé un miedo a un ‘burocratismo’ centralizado demasiado fuerte, a una cultura racionalista, que no tiene suficientemente en cuenta la historia y la riqueza de la historia, así como la riqueza de la diversidad histórica”.
“Me parece que ésta puede ser precisamente una misión de este pueblo que ahora entra: renovar, en la unidad, la diversidad. La identidad europea es una identidad propia en la riqueza de las diferentes culturas, que convergen en la fe cristiana, en los grandes valores cristianos”.
“El proceso de entrada en Europa es un proceso recíproco de dar y de recibir. También Croacia da con su historia, con su capacidad humana y económica, y naturalmente recibe, ampliando así el horizonte y viviendo en este gran comercio no sólo económico, sino sobre todo también cultural y espiritual”, concluyó en su conversación con los informadores.
Luego, en suelo croata, deseó: “que esta amada nación, orgullosa de su rica tradición, contribuya así a que la Unión Europea aprecie plenamente dicha riqueza espiritual y cultural”.
Por su parte, el presidente Josipovic, considerado como agnóstico, agradeció en su discurso de bienvenida el aliento de la Santa Sede a Croacia en su camino hacia la integración en la Unión Europea, así como sus mensajes de amor y paz, apoyo a la familia y otros valores fundamentales.
Benedicto XVI está realizando una visita de fin de semana de dos días a Croacia, la primera a este país balcánico con una población predominantemente católica.
Por Jesús Colina