ZAGREB, domingo, 5 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Casi una décima parte de la población croata se congregó este domingo en la misa que Benedicto XVI presidió al culminar su visita apostólica para escuchar su aliento a las familias católicas a mostrar que es posible amar sin reservas.
El papa invitó a no tener miedo de comprometerse de por vida en el matrimonio al participar en la primera Jornada de las Familias Católicas Croatas, que reunión a 400 mil personas en el hipódromo de Zagreb.
“¡Sed valientes!”, exhortó el papa a las familias en el momento más esperado de su viaje internacional número 19. “No cedáis a esa mentalidad secularizada que propone la convivencia como preparatoria, o incluso sustitutiva del matrimonio”.
“Enseñad con vuestro testimonio de vida que es posible amar, como Cristo, sin reservas; que no hay que tener miedo a comprometerse con otra persona”, aseguró en una celebración en la que participaron al menos mil sacerdotes y 60 obispos croatas y de países cercanos.
Y añadió: “Alegraos por la paternidad y la maternidad”. “La apertura a la vida es signo de apertura al futuro, de confianza en el porvenir, del mismo modo que el respeto de la moral natural libera a la persona en vez de humillarla”.
Tesoro de la Iglesia
El Santo Padre explicó que “el bien de la familia es también el bien de la Iglesia”, pues “la familia cristiana ha sido siempre la primera vía de transmisión de la fe, y también hoy tiene grandes posibilidades para la evangelización en múltiples ámbitos”.
De hecho, llegó a afirmar que “la familia cristiana es un signo especial de la presencia y del amor de Cristo, y que está llamada a dar una contribución específica e insustituible a la evangelización”.
Al final de la misa, al rezar la oración mariana del Regina Caeli, invitó a las familias del mundo a participar en el VII Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará en Milán del 29 de mayo al 3 junio de 2012.
En su saludo al papa, el arzobispo Valter Zupan, presidente de la Comisión para la Familia y la Vida de la Conferencia Episcopal Croata, subrayó en la celebración “el inalienable derecho de querer vivir y de expresar públicamente los valores mediante los cuales se nos ha dado la vida”.
“Queremos que nuestros niños puedan seguir llamando a sus padres ‘mamá’ y ‘papá’”, dijo, y reivindicó el derecho a pedir a los gobernantes la revisión de ley sobre el aborto, introducida en Croacia en tiempos del comunismo, en 1978.