La Iglesia ortodoxa rusa publica un documento sobre la cristianofobia

Apuesta por dialogar, condenar la violencia y defender eficazmente a los cristianos

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SAN PETERSBURGO, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org).– La discriminación religiosa sólo podrá vencerse a través de la ampliación de un diálogo que implique a los Estados, las organizaciones internacionales, las distintas confesiones y los representantes de la sociedad civil.

El sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa lo indica en un reciente documento que trata con “una profunda inquietud” el aumento de los episodios de cristianofobia en el mundo, informa L’Osservatore Romano.

Para el patriarca de Moscú, la cristianofobia “se manifiesta sobre todo cuando las diferencias religiosas se utilizan con fines políticos, principalmente por grupos extremistas cuyos objetivos son incompatibles con el bien de la sociedad en su conjunto”.

Este tipo de manifestaciones “merece una condena explícita de todas las fuerzas regulares de la sociedad, incluidos representantes de instituciones públicas y responsables religiosos”.

De ahí el llamamiento de la Iglesia ortodoxa rusa -dirigido a la comunidad internacional, a los responsables religiosos y a todas las autoridades públicas- a “elaborar mecanismos integrales y eficaces de defensa de los cristianos y de las comunidades cristianas que sufren persecuciones o restricciones en su existencia y en sus actividades religiosas”.

En este documento adoptado en San Petersburgo, el sínodo del patriarcado de Moscú recuerda los recientes acontecimientos que tuvieron lugar en la ciudad egipcia de Giza, donde “se quemaron iglesias cristianas y murieron fieles de la Iglesia copta durante los desórdenes de la multitud”.

El documento los considera manifestaciones de cristianofobia que “ya no pueden interpretarse como incidentes ocasionales: en ciertas regiones del mundo se trata de una costumbre”.

“Actos de vandalismo vinculados al extremismo religioso, restricciones a la libertad de culto y de creación de las propias instituciones de enseñanza, sentencias judiciales especialmente duras (hasta llegar a la pena de muerte por blasfemia): la Iglesia ortodoxa rusa enumera las discriminaciones que, en algunos países, hacen de los cristianos “ciudadanos de segunda categoría””, destaca el diario vaticano.

También observa, en los países donde la mayoría está compuesta por personas de confesión cristiana, “un laicismo rígido, incluso agresivo, que tiende a expulsar a los cristianos de la esfera pública, mientras que las declaraciones y los actos dictados por la fe cristiana, en primer lugar los que se refieren a la evaluación moral de los acontecimientos, suscitan una reacción negativa”.

El patriarcado de Moscú asegura no tener ninguna intención de inmiscuirse en los asuntos internos de los países: “el cristianismo enseña a sus fieles a obedecer la ley y a respetar los gobiernos legales”, afirma el documento.

Pero añade que los Estados, responsables de sus ciudadanos “tienen la obligación de respetar la dignidad y los derechos de todos y, en consecuencia, de garantizar la libertad de religión y la seguridad de las comunidades religiosas”.

Nadie puede ser discriminado por su fe, recuerda la Iglesia ortodoxa, y su condena se extiende también a las formas de antisemitismo y de islamofobia.

[Por Marine Soreau]

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ZENIT Staff

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