MANAGUA, viernes 17 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El próximo 18 de junio tendrá lugar, en la catedral de Managua, un acto de desagravio por el atentado sacrílego perpetrado por delincuentes contra la iglesia de San Agustín de la capital nicaragüense. Los obispos han instado a la sociedad nicaragüense y las autoridades a luchar contra la delincuencia que azota al país.
Personas desconocidas robaron una custodia del Santísimo en la iglesia San Agustín, en Managua, y pertenencias del sacerdote de ese templo, el italiano Benito Pitito, denunció el miércoles 15 de junio la archidiócesis de la capital nicaragüense.
El arzobispo de Managua, monseñor Leopoldo Brenes, dijo que los ladrones irrumpieron en el lugar de oración en la madrugada de ese día y tras amenazar a personas que se encontraban orando, se llevaron la custodia del Santísimo.
Monseñor Brenes indicó que la custodia del Santísimo no era de oro, aunque sí estaba “bañada en color dorado”.
Los atracadores también se llevaron un anillo, un teléfono móvil y una cantidad de dinero, que no se precisó, del sacerdote de ese templo, el italiano Benito Pitito, añadió.
No es la primera vez que, en Nicaragua, se roban teléfonos móviles a sacerdotes, una circunstancia que, dada la situación política del país, resulta inquietante.
Aseguró que los asaltantes, además de “ofender la fe católica”, pusieron en peligro la vida del grupo de personas que se encontraba orando en la iglesia.
La Policía Nacional aún no ha emitido ningún informe oficial sobre el suceso.
El arzobispo de Managua, el obispo auxiliar y vicario general monseñor Silvio Báez, y el clero archidiocesano, expresaron en un comunicado que “lamentan y condenan los hechos deplorables y sacrílegos en contra del Santísimo Sacramento (cc 1367 y 13 76 del Código de Derecho Canónico) perpetrados por delincuentes la madrugada del martes catorce de junio en la parroquia San Agustín ubicada en Altamira de esta ciudad capital”.
El comunicadofue hecho llegar a ZENIT por Karla Taboada, de la Oficina de Prensa de la archidiócesis de Managua
Hechos que –añade el comunicado, dado el 15 de junio–, “también atentaron contra la integridad de los fieles que realizaban la loable acción de orar en la capilla de adoración perpetua a Jesús Sacramentado e incluso pusieron en riesgo la vida de monseñor Benito Pititto pastor y guía de esa comunidad parroquial”.
La archidiócesis pide “a las autoridades policiales poner todos sus bueno oficios de investigación, que lleven a la captura de quienes perturban la seguridad ciudadana, en particular en este caso”.
Manifiesta su “cercanía con los fieles de esa amada parroquia” e invita a sus feligreses “a ofrecer oraciones y actos de reparación a Jesús Sacramentado y continuar orando en todo tiempo ‘con y al estilo de María en el Magnificat’, descubriéndonos ‘amados por Dios’, viviendo ‘con alegría y esperanza’, colaborando con sabiduría para construir un país más humano y desarrollado, más justo y pacífico”.
El Movimiento de Oración por los Sacerdotes y Religiosos (MOSAYRE), por su parte, expresa su “dolor ante profanación y sacrilegio contra el Santísimo Sacramento ocurrido la madrugada del martes 14 de junio” y “reafirma el compromiso de sus miembros en la oración que nos une como Iglesia”.
Así mismo, el comunicado firmado por el sacerdote Guillermo A. Majewsky, asesor archidiocesano, se solidariza con el arzobispo, obispo auxiliar y párroco de la iglesia profanada.
Invita a la asamblea de adoración y reparación en desagravio al Santísimo Sacramento el próximo sábado 18 de junio, a partir de las 9 a.m. en la catedral de Managua.
La Iglesia católica llamó este jueves a las autoridades a “ser más beligerantes” contra la delincuencia y también instó a la ciudadanía a “tener cuidado”, ante los últimos hechos de violencia registrados en la capital, incluyendo el robo en la iglesia de San Agustín.
“Es triste ver que ayer en ese autobús iba gente tranquila a su trabajo y de repente entra un delincuente… Desgraciadamente murió un asaltante, eso no lo deseamos, porque es un ciudadano. Es mejor que pague una pena en una cárcel y no que se le quite la vida”, declaró a Canal 12, monseñor Leopoldo Brenes.
“Pero también la gente se arriesgó –añadió–. El chófer, un hombre que anda trabajando, ganándose el pan nuestro de cada día, también fue herido”.
El arzobispo recomendó “trabajar por una sociedad que defienda los valores, respete la vida. Porque atentar contra la vida es no tener los conceptos grandes de ese respeto hacia la vida, que solamente nos la da Dios y es el único que está capacitado para quitárnosla”.
Por Nieves San Martín