Brasil: Una nueva evangelización para responder a los tiempos de crisis

El cardenal Scherer recorre las crisis que han jalonado la vida de la Iglesia

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SÃO PAULO, lunes 20 de junio de 2011 (ZENIT.org).– “En 2000 años de historia, la Iglesia ha conocido otros momentos en los que, por diferentes razones, la vida cristiana ha atravesado crisis, y ha tenido que hacer algo parecido a lo que la Iglesia se propone llevar a cabo hoy” con la nueva evangelización.

Lo destaca el arzobispo de Sao Paulo, el cardenal Odilo Scherer en un artículo de su revista O São Paulo.

El purpurado acaba de regresar a Brasil desde Roma, tras participar en la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, del que es miembro.

En su artículo, recuerda que, en los siglos VII y VIII, “el papa hizo un llamamiento a misioneros de Irlanda y de Inglaterra, algunos de ellos monjes, para evangelizar de nuevo la Europa continental”.

A partir del siglo XIII, en la Edad Media, “pasó más o menos lo mismo con los intentos de “reforma” de la Iglesia y el nacimiento de las órdenes mendicantes -dominicos y franciscanos-, que dieron vida a un fecundo movimiento de misiones populares”, explica.

Y pasó lo mismo en el siglo XVI, continúa el cardenal. Después del Concilio de Trento, la Iglesia experimentó un nuevo impulso dinámico, con el nacimiento de nuevas órdenes e institutos misioneros, la reforma de los seminarios y de la formación del clero, de los religiosos y de los laicos.

Y más tarde, en el siglo XIX, hay otra “ola misionera”, especialmente “después de la grave crisis provocada por el siglo de las Luces y el modernismo, pero también por los cambios sociales y políticos de la época”

En la actualidad, afirma el cardenal Scherer, “vivimos en el periodo postconciliar del Vaticano II, de cuya convocatoria pronto se celebrarán los 150 años”.

Un concilio que, en sí mismo, se decidió en un “espíritu de renovación” para que la Iglesia pudiera ejercer su misión de manera “más adaptada a las circunstancias actuales”.

Aunque siempre se ha dicho que era un concilio “pastoral”, quizás “podemos hoy releer sus intenciones y documentos desde otro ángulo”, un ángulo misionero para “proponer el bien de la fe” para construir un mundo nuevo, animando a hablar “más y mejor al mundo y con el mundo de la Buena Nueva”.

“Muchas cosas llevan a creer que hemos tomado esta dirección”, explica. “Hoy estamos en condiciones de percibir todavía mejor dónde y cómo debe tener lugar esta renovación de la vida cristiana y eclesial y cómo hacer fructificar estas grandes intuiciones del Concilio”.

“¡Que Dios nos ayude!”, concluyó el cardenal Scherer, “¡que los santos evangelizadores nos inspiren!”.

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ZENIT Staff

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