CARTAGENA, martes 7 de junio de 2011 (ZENIT.org).- La diócesis de Cartagena despidió este martes con gran conmoción al sacerdote Ricardo Muñoz Juárez, asesinado el pasado viernes 3 de junio por unos ladrones que habían entrado a robar en su casa, según las primeras investigaciones policiales.

El obispo de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca Planes, presidió la misa exequial de este sacerdote castrense jubilado de 82 años, muy conocido y querido en la ciudad.

La ceremonia tuvo lugar a la misma hora –las diez de la mañana- y en el mismo lugar –la iglesia de la Caridad de Cartagena- donde el presbítero solía celebrar la eucaristía

Después de que el cuerpo sin vida de Ricardo Muñoz fuera velado durante toda la noche, centenares de personas, entre ellas numerosos sacerdotes, familiares –también la hermana que vivía con él y sufrió el violento robo- y amigos suyos llenaron el templo durante la misa exequial.

En la homilía, monseñor Lorca invitóaintentar vivir con esperanza estos momentos difíciles y a a dejar que hable la justicia de los hombres, pero sobre todo la justicia de Dios,que es quien realmente puede conocer el fondo y la totalidad de lo que ha acontecido.

Al final de la ceremonia, un capellán castrense leyó un semblante del fallecido y aportó un dato desconocido para muchos de los asistentes: el sacerdote, dedicado a la evangelización en el mundo militar, había publicado un libro sobre la paz.

“Ha muerto violentamente alguien que defendía la paz”, comentó a ZENIT el responsable de medios de comunicación de la vicaría de Cartagena, Joaquín Ferrando, quien, junto al sacristán de la iglesia de la Caridad, fue quien halló el cuerpo sin vida de Ricardo Muñoz el viernes por la mañana.

Muchos de los asistentes recordaban la afabilidad y la peculiar figura del sacerdote paseando por las calles en sotana. “No sé si será mi última catequesis”, respondía a los que le preguntaban por su vestimenta.

Robos con violencia

El viernes pasado, don Ricardo Muñoz no se presentó a las diez de la mañana a celebrar la misa en la iglesia de la Caridad.

Su cuerpo sin vida, con un fuerte golpe en la nuca, fue hallado en su casa, la única vivienda de un edifiio de oficinas de la calle Mayor de Cartagena, que apareció totalmente desordenada. En el robo, su hermana fue maniatada y cubierta con una manta.

La policía continúa investigando, pero por el momento no ha podido detener a los ladrones.

El pasado mes de marzo, dos ancianos sacerdotes fueron brutalmente agredidos en su casa de Barcelona, también en un violento robo.

Uno de ellos ha perdido la vista y movilidad; el otro todavía permanece ingresado en el hospital congraves problemas cerebrales.