DUBLÍN, viernes 3 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El mundo se está convirtiendo en una gran red social gracias al papel dominante de internet en la sociedad, y los cristianos deben estar atentos para mantener en el centro la dignidad de la persona humana.

Lo afirma el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, SI, en una entrevista a Intercom magazine, un recurso pastoral y litúrgico de la Conferencia Episcopal de Irlanda.

Reflexionando sobre el Mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra este domingo, el portavoz vaticano afirma que las relaciones virtuales nunca deberían ser meramente superficiales ni deberían perder su calidad.

“¿Qué tipo de amistades se construyen en línea?”, pregunta. “¿Es la red un lugar donde podemos dar “testimonio” convincente y creíble o es sólo un entorno de presencias sin compromiso, perfiles ficticios donde no somos capaces de admitir la verdad sobre nosotros mismos?”.

“Esta es una cultura en la que especialmente la gente joven está profundamente inmersa -dice el sacerdote-, experimentando simultáneamente oportunidades maravillosas de nuevas relaciones y riesgos crecientes de aislamiento o alejamiento de la vida diaria”.

El padre Lombardi destaca que los cristianos deben reflexionar sobre esas cuestiones, y añadió que Benedicto XVI siempre toma una aproximación positiva a la nueva cultura digital en sus discursos pastorales.

“El mensaje este año es una llamada fuerte a una reflexión profunda sobre cómo vivimos nuestra experiencia humana y nuestro compromiso cristiano en la era y la cultura de internet”, explica el padre Lombardi.

Irlanda

En la misma entrevista, el jesuita comenta también la Carta pastoral de Benedicto XVI a los católicos de Irlanda, que describe como “el texto más comprensivo que el Papa ha escrito sobre la cuestión de los abusos sexuales a menores por parte del clero”.

El padre Lombardi afirma que la carta, publicada en marzo de 2010, atrajo especial atención porque fue en Irlanda donde la tragedia de los abusos golpeó más fuertemente a la Iglesia.

Sin embargo, la carta fue escrita también para una audiencia internacional, ya que el abuso ha afectado a la Iglesia universal, explicó.

“Aunque algunas partes de la carta están dirigidas más específicamente a Irlanda -dice el padre Lombardi-, a la luz de la historia cristiana y de los compromisos con una renovación concreta, la mayoría del documento podría fácilmente referirse a otros países y situaciones, como la intensa sección dedicada a las víctimas, a sus familias, a los que abusan, a los distintos miembros de la comunidad”.

La cuestión del abuso “ha marcado dramáticamente y continúa marcando la vida de la Iglesia en los últimos años de una manera profunda”, afirmó.

“Ha dejado heridas muy profundas y ha hecho un grave daño, especialmente en algunos países, pero también en toda la comunidad universal de la Iglesia”.

“Benedicto XVI tiene que guiar a la Iglesia en este tiempo de crisis, y lo hace con admirable valentía y humildad, exponiéndonos el ejemplo de las actitudes evangélicas que hay que adoptar y la acción que hay que realizar”.

Aunque los católicos irlandeses hayan sido quizás los más probados por la tragedia de los abusos, el padre Lombardi señala: “si se pueden renovar y levantar de nuevo, si se pueden probar dignos de su gran tradición, entonces prestarán de nuevo un gran servicio a la Iglesia en Europa y en el mundo, ofreciendo su valiosa experiencia de verdadera penitencia, purificación y renovación, renacimiento de vida comunitaria donde los niños son protegidos eficazmente y están seguros en su crecimiento humano y cristiano”.