Certezas e incertidumbres de la “revolución de los jazmines” (III)

Habla el arzobispo católico de Luxor, monseñor Youannes Zacharia

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LUXOR, jueves 21 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Después de la revolución del 25 de enero, las relaciones entre el Islam y la Cristiandad, el nacimiento de movimientos políticos y religiosos fanáticos, las relaciones entre el Vaticano y Al-Azhar, la situación de los coptos en Egipto, etc. fueron algunos asuntos que acapararon la atención de la opinión mundial.

Sobre estos asuntos habló a ZENIT monseñor Yoannes Zacharia, arzobispo de Luxor, en una larga entrevista de la que hoy ofrecemos la tercera y última parte.

La primera parte se publicó en el servicio del martes 19 de julio (ver www.zenit.org/article-39968?l=spanish), y la segunda, ayer miércoles 20 de julio (ver www.zenit.org/article-39976?l=spanish).

– Se han oído voces pidiendo al Vaticano que intervenga en la protección de los coptos de Egipto… ¿Cómo puede explicar esto, ya que el Vaticano no tiene tropas militares o armadas, como Stalin dijo una vez?

Monseñor Zacharia: Personalmente, yo no acepto lo que se llama la protección extranjera a los coptos. Los coptos que viven en la Diáspora y piden esto deberían saber el peligro de esta petición, y la influencia peligrosa en los intereses de los coptos que viven en Egipto junto a sus hermanos musulmanes.

El Santo Padre Benedicto XVI que es el líder de la Santa Sede, un estado espiritual que no tiene un ejército regular como otros Estados, no escatima ningún esfuerzo en rezar por los cristianos y no cristianos de todo el mundo, especialmente cuando las catástrofes naturales les afligen o cuando viven en condición difíciles y dolorosas.

Recientemente, el Santo Padre mencionó los trágicos incidentes que los fieles de Iraq, Egipto y Pakistán están sufriendo, y pidió a todo el mundo que se uniese a él en su oración por ellos. También pidió a los gobernantes de esos países que pusieran más atención en cuidar a sus conciudadanos. Esta petición no debe considerarse como una interferencia en los asuntos internos de los países mencionados, sino un mensaje de amor y de apoyo para promover la ayuda al hombre oprimido por su hermano.

– Con respecto a la relación con el jeque de Al-Azhar, el doctor Attayeb – que pertenece geográficamente a Luxor-, ¿cree que este está compitiendo con los Salafitas para poner fin a su relación con el Vaticano y al diálogo?

Monseñor Zacharia: Creo que este asunto necesita mucha paciencia, tiempo y el diálogo mutuo para que ambos lados se entiendan. Ahora, creo que la insistencia en reanudar el diálogo de cualquier manera posible no sirve para el deseado diálogo. También creo que algunas declaraciones de aquí y de allá sobre este tema, retransmitidos por los medios de comunicación de acuerdo con sus intereses y políticas, son más peligrosos que beneficiosos para mejorar las relaciones entre la Santa Sede y la mezquita de Al-Azhar.

Con el debido respeto y aprecio a cada uno, deseo explicar que el diálogo deseado no es un diálogo entre el Santo Padre Benedicto XVI y el Gran Imán de Al-Azhar el doctor Attayeb, sino que es un diálogo entre la Santa Sede en todo lo que representa una profunda herencia cristiana y espiritual, y Al-Azhar en lo que representa a la auténtica liberalidad islámica.

Espero que ambas partes se comuniquen con rapidez, y que el diálogo se reanude pronto, ya que la ruptura de relaciones y el poner fin al diálogo perjudica a ambos lados y no les hace ningún bien.

– Después de la visita del Dr. Nabeel Alarabi, el actual Secretario General de la Liga Árabe, durante su trabajo como ministro de asuntos exteriores de Egipto, al Papa Benedicto XVI y la revelación de que las relaciones entre El Cairo y el Vaticano son buenas… ¿Qué obstaculiza la renovación del diálogo?

Monseñor Zacharia: Después del martirio de los coptos en la Iglesia de Todos los Santos de Alejandrina, el Santo Padre Benedicto XVI denunció este acto terrorista, y pidió al gobierno egipcio y a los gobiernos de Oriente Medio que pusieran más atención en la protección de la minoría cristiana de sus países. Desgraciadamente, el antiguo gobierno egipcio no entendió el mensaje del Papa y consideró que era una interferencia en los asunto internos egipcios. Como protesta antes esta injerencia, el ministro de asuntos exteriores llamó al embajador egipcio en la Santa Sede a consultas.

Mientras tanto, muchos líderes del mundo denunciaron el ataque a la iglesia de Alejandrina, y pidieron a los gobiernos de Oriente Medio que protegiesen a la minoría cristiana. Pero no hubo ninguna reacción similar a la acontecida cuando el Santo Padre hizo los mismo.

Después de la vuelta del embajador egipcio para continuar su misión en la Santa Sede, y después de la caída de Baraka y el cambio de gobierno, el ministro de asunto exteriores egipcio visitó la Santa Sede, se reunió con el Papa, y discutió con él la manera de promover relaciones bilaterales cercanas entre la República Árabe de Egipto y el estado vaticano. También lo informó de los últimos acontecimientos del panorama egipcio después de la revolución de la juventud y del cambio de régimen en Egipto. Por tanto, las relaciones entre la República Árabe de Egipto y la Santa Sede volvieron a la normalidad, y ambas partes entendieron que lo sucedido era resultado de malentendidos y de una situación delicada.

Después de la visita a la Santa Sede del ministro de asuntos exteriores y de la visita del secretario del comité de diálogo entre la cristiandad y el islam, imán de Al-Azar en El Cairo, se suponía que se había retomado el diálogo entre ambas partes. Pero desgraciadamente, después de una reunión con los académicos de más alto nivel de Al-Azar, el Imán declaró que se posponía la reanudación del diálogo entre Al-Azhar y la Santa Sede.

– Hace dos décadas, Samuel Huntington habló sobre el enfrentamiento de civilizaciones que se producía debido a razones religiosas… El cambio de “la primavera árabe” a la “primavera fundamentalista”, ¿es el cumplimiento de la profecía de este hombre?

Monseñor Zacharia: Después de la caída y fracaso del comunismo, la desintegración de la Unión Soviética, la liberación de los países del Este de Europa, la disolución del pacto de Varsovia, y el final de la guerra fría entre el este y el oeste, los países del oeste encontraron por fin una alternativa al enfrentamiento y al conflicto, para difundir la influencia política y enseñar sus fuerzas militares.

El enfrentamiento entre el oeste y el este comenzó con un aumento de los actos terroristas cometidos por algunos grupos islámicos, que condujeron a la guerra para liberar Kuwait y a las guerras en Iraq, Afganistán y Somalia. Estas guerras, cuyo objetivo era eliminar el terrorismo internacional son consideradas por algunos como una guerra entre el oeste cristiano y el este musulmán. Otros consideran esta guerra como un enfrentamiento de civilizaciones que se produce por razones religiosas, como Samuel Huntington escribió en su libro “el enfrentamiento de las civilizaciones”.

Espero que esta revolución joven contra la injusticia y la corrupción de los dictadores, el comienzo de la primavera árabe, y el florecimiento de las flores de la libertad, conduzcan al cumplimiento del sueño de un país civil y democrático, y construya un ideal de sociedad basado en el amor y la paz, una sociedad que reúna a todos los ciudadanos, sin discriminación religiosa o confesional, en la que todos seamos hermanos que amen y se ayuden unos a otros por el bien y el bienestar de su país.

– Finalmente, entre el pesimismo y el optimismo, ¿Cuál es su sensación, eminencia? Y ¿Cuál es su consejo a todos los egipcios, musulmanes y coptos, en esta encrucijada a la que Egipto está llegando?

Monseñor Zacharia: Como ciudadano egipcio que ha estudiado a fondo la historia de las civilizaciones egipcias que se extiende de lejanas épocas hasta ahora, me siento optimista sobre la capacidad de los egipcios, a todos los niveles y categorías, tanto musulmanes y cristianos, para superar las crisis que dificulten la construcción del estado egipcio moderno. Al igual que la civilización egipcia ha superado todas las dificultades y sufrimientos a través de su larga historia que se remonta miles de años, así el carácter egipcio ha tenido éxito al triunfar sobre los poderes de ocupación, injusticia y opresión, en este delicado periodo de su historia, y de la misma manera Egipto triunfará y mejorará gracias al espíritu egipcio profundamente arraigado en todos los corazones de sus ciudadanos, y gracias al coraje y entusiasmo de sus ciudadanos.

Y como cristiano que cree en la esperanza, y vive el poder del amor y de la fe, tiendo al optimismo.

Es optimismo, a pesar de estar asociado a la precaución debido a la dificultad del camino de la libertad, y gran atención frente a lo que obstaculiza la construcción de un estado moderno, el logro de una vida mejor y de un futuro brillante para todos los egipcios.

Mi consejo para todos mis compatriotas es que cooperen en el trabajo y construcción, dejando de lado lo que nos separa, e intentando construir una sociedad de amor y de paz.

[Traducción del inglés por Carmen Álvarez]

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ZENIT Staff

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