SERRA SAN BRUNO, domingo 9 de octubre de 2011 (ZENIT.org).- El Papa subrayó la función “indispensable” de los monasterios en el mundo, al dirigirse hoy domingo a la población de Serra San Bruno (Calabria), antes de visitar la Cartuja de esta ciudad, con motivo de su viaje pastoral a Lamezia Terme.
El Pontífice se encontró con los habitantes de Serra San Bruno en la plaza junto a la Cartuja, estructura que definió “’ciudadela’ del espíritu”.
“La misma presencia de la comunidad monástica, con su larga historia que se remonta a san Bruno, constituye una constante llamada a Dios, una apertura hacia el Cielo y una invitación a recordar que somos hermanos en Cristo”, observó.
“Los monasterios tienen en el mundo una función muy preciosa, diría indispensable”, indicó Benedicto XVI.
“Si en el medioevo fueron centros de regeneración de los territorios pantanosos, hoy sirven para ‘regenerar’ el ambiente en otro sentido”.
A veces, subrayó, “el clima que se respira en nuestras sociedades no es salubre, está contaminado por una mentalidad que no es cristiana, ni siquiera humana, porque está dominada por los intereses económicos, preocupada sólo por las cosas terrenas y carente de una dimensión espiritual.”.
En este contexto, “no sólo se margina a Dios, sino también al prójimo, y no se compromete por el bien común”, añadió. Sin embargo, “el monasterio en cambio es modelo de una sociedad que pone en el centro a Dios y la relación fraterna”.
“Tenemos mucha necesidad también en nuestro tiempo”, reconoció el obispo de Roma.
En su discurso de saludo al Papa, el alcalde de Serra San Bruno, Bruno Rosi, subrayó el “inestimable patrimonio espiritual” representado por la Cartuja, y confesó que las palabras pronunciadas por el Papa quedarán como “precioso apoyo para el camino, no siempre fácil” que esta ciudad y Calabria en general deben recorrer.
El alcalde definió la visita de Juan Pablo II a la ciudad, el 5 de octubre de 1984, “un milagro”, y la de este domingo de Benedicto XVI un “don de inestimable valor, otro milagro”.
“Es verdad, dos visitas cercanas del Sucesor de Pedro son un privilegio para vuestra comunidad civil”, reconoció el Papa en su discurso.
“Pero sobre todo – añadió –,“gran privilegio es el de tener en vuestro territorio esta ‘ciudadela’ del espíritu que es la Cartuja”.
Este privilegio, recordó, supone también una “gran responsabilidad”.
“Haced un tesoro de la gran tradición espiritual de este lugar e intentad ponerla en práctica en la vida cotidiana”, exhortó a los habitantes de Serra San Bruno, antes de acceder al interior de la Cartuja.