LA PLATA, martes 11 de octubre de 2011 (ZENIT.org).- En su reflexión televisiva semanal, en el programa Claves para un Mundo Mejor, de América TV, el arzobispo de La Plata Héctor Aguer, se centró en las próximas elecciones, destacando que, cuando éstas se acercan, “los políticos en general están ocupados, obviamente, en la campaña y por eso quedan de lado algunas otras urgencias, por ejemplo, ciertos proyectos legislativos”, teniendo en cuenta que hay temas que “son innegociables”.
Luego de mencionar algunos proyectos relacionados con la vida y la familia que se han postergado, manifestó que “algún candidato se ha animado a decir que es partidario del aborto sin límites, pero por lo general estos temas no se ventilan porque pueden determinar una división de la opinión que perjudique las chances electorales. Pero aquí es necesario un sinceramiento que haga que la democracia sea verdaderamente tal para que no se frustre el verdadero sentido de la participación y de la representación”, dijo.
Y, como “sugerencia”, pidió que, en el escaso tiempo que queda, los cristianos “procuren averiguar entre los candidatos qué es lo que piensan, qué opinan acerca de estos temas fundamentales. No son indiferentes estos temas sino tan capitales que de ellos depende, de alguna manera, la futura configuración de la sociedad argentina. Y para nosotros, cristianos, son innegociables”.
El prelado consideró “interesante observar que algunos candidatos ya han hecho declarado que ciertos proyectos de ley, que podrían generar una oposición muy fuerte en algunos sectores de la sociedad argentina, van a ser postergados en su tratamiento hasta después de la elección” y admitió que pensaba “en varios de esos proyectos de ley que importan muchísimo porque proponen una alteración del orden natural de las cosas y tienen que ver con la vida y la familia”.
“Ya conocemos los proyectos para legalizar el aborto –subrayó–. Se usa un cierto eufemismo: se habla de despenalización, sin advertir que despenalizar equivale a legalizar. Es decir, eliminar el aborto de la lista de los delitos, aunque prácticamente nadie es castigado actualmente por cometerlo”.
Y destacó que “los legisladores amenazan también con el proyecto que se llama de identidad de género. Habría que decir más bien, claramente, de cambio de sexo. Este es uno de los extremos de la ideología de género que está impregnando las ciencias sociales, que se insinúan en los contenidos educativos y que domina en muchas asesorías legislativas”.
Monseñor Aguer agregó que, “a la lista, hay que sumar también el caso de la fecundación asistida o procreación artificial”, que es un “menosprecio de la dignidad de la vida naciente sin advertir que el hijo no es un derecho sino que el hijo es un don y es el don que la naturaleza, Dios habría que decir, concede al amor del varón y la mujer”.
“También está cerca de convertirse en ley un proyecto acerca de la muerte digna, sobre el cual habría que hacer algunas distinciones –señaló–. Sería de desear que ese proyecto aclarara muy bien la diferencia que hay entre la renuncia al encarnizamiento terapéutico y ciertas prácticas que son eutanásicas. Por otra parte existe una ley, si no recuerdo mal, una ley de protección del paciente que prohíbe toda práctica eutanásica”.
“En algunos de estos proyectos no queda claro si se va a permitir que se prive al paciente terminal de la hidratación y de la alimentación o si va a incluir en un futuro testamento biológico la posibilidad de renunciar a estos servicios que junto con los cuidados paliativos no deben negarse a ningún enfermo”.
Al final de su tradicional columna televisiva, dijo que “sobre todos estos temas podrían entablarse debates amplísimos y extendidos en el tiempo. Es una lástima que estos temas no se ventilen en la campaña, porque hay que elegir también legisladores y ¿cómo sabemos a quiénes tenemos que elegir? ¿Cómo sabemos qué piensan sobre esas cuestiones fundamentales?”.
“Si los legisladores son los representantes del pueblo –recalcó- entonces el pueblo tiene que saber quiénes son realmente esos legisladores, qué piensan, qué leyes van a proponer porque de lo contrario de representación quedaría muy poco”.
“Todo esto es una sugerencia para que, ustedes, en el escaso tiempo que nos queda procuren averiguar entre los candidatos qué es lo que piensan, qué opinan acerca de estos temas fundamentales. No son indiferentes estos temas sino tan capitales que de ellos depende, de alguna manera, la futura configuración de la sociedad argentina. Y para nosotros, cristianos, son innegociables”, concluyó.