CIUDAD DEL VATICANO, domingo 23 octubre 2011 (ZENIT.org).- Al final de la misa y la proclamación de los santos Guido Maria Conforti, Luis Guanella y Bonifacia Rodríguez De Castro, antes de recitar la oración mariana del Angelus, ante la basílica vaticana, Benedicto XVI saludó a los peregrinos presentes en la plaza de San Pedro y les dirigió unas palabras.
Se dirigió a los peregrinos llegados para homenajear a los nuevos santos, “con un pensamiento de especial afecto y ánimo para los miembros de los institutos fundados por ellos: los misioneros javerianos, las hijas de Santa María de la Providencia y los siervos de la Caridad”.
Dio las gracias a cada uno por su presencia. Subrayó que, una vez más, “Italia ha ofrecido a la Iglesia y al mundo luminosos testigos del Evangelio”. “Alabemos a Dios y pidamos para, en que este país, la fe no cese de renovarse y producir buenos frutos”.
En castellano, saludó “muy cordialmente a los peregrinos de lengua española que han venido a Roma para participar en la gozosa celebración de proclamación de nuevos santos”.
“Junto a los señores arzobispos y obispos que los acompañan, a las delegaciones oficiales y a los devotos y seguidores del espíritu de los hoy canonizados, saludo en particular a las Siervas de San José, que tienen el gran gozo de ver reconocida para la Iglesia universal la santidad de su Fundadora”.
“Que el ejemplo y la intercesión de estas figuras preclaras para la Iglesia –deseó el papa- impulsen a todos a renovar su compromiso de vivir de todo corazón su fe en Cristo y de testimoniarlo en los diversos ámbitos de las sociedad”.
En francés, saludó cordialmente a los peregrinos de habla francesa, especialmente a los llegados “para la canonización del obispo Guido Maria Conforti, fundador de los misioneros javerianos, que están presentes en varios países de África”.
“Queridos amigos –dijo el papa--, ¡que el testimonio de los nuevos santos os guíe en el camino del Evangelio! ¡Buen domingo a todos!”.
En lengua inglesa, alemana, polaca dirigió un saludo a los visitantes y peregrinos de estos idiomas, especialmente los que están por motivo de las canonizaciones.
A los últimos, recordó que el día anterior, junto a la diócesis de Roma y la Iglesia en Polonia conmemoraron en la liturgia al beato Juan Pablo II, y les confió a los tres nuevos santos.
Concluyó orando “a la Virgen María, que guía a los discípulos de Cristo en el camino de la santidad”, y confiando a su intercesión “la jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo: una peregrinación a Asís, a los 25 años de aquella convocada por el beato Juan Pablo II”.