Tres mil alumnos no pueden ir a clase de Religión

El calvario de las diócesis españolas

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ALMERÍA, lunes 14 noviembre 2011 (ZENIT.org).- El Ministerio de Educación lleva desde el verano sin oficializar los contratos de los seis profesores que este año se incorporan a la asignatura de Religión en educación primaria en la diócesis de Almería, España. Desde que comenzara el curso escolar en septiembre, casi tres mil alumnos de primaria de varios centros educativos de la provincia de Almería continúan sin recibir sus clases de Religión. Un hecho que se repite en otros lugares en lo que sigue siendo el calvario de las diócesis a la hora de enseñar Religión.

La responsabilidad de este problema, denuncia la diócesis almeriense, recae sobre el Ministerio de Educación que “está retrasando en el tiempo un trámite tan sencillo como es oficializar media docena de contratos”.

Un total de seis profesores de Religión y moral católica llevan más de dos meses en paro a la espera de que el Ministerio de Educación resuelva el trámite.

La situación no es nueva y se repite cada año, tal y como asegura el delegado episcopal para la Enseñanza Católica Ignacio López Román, quien explica que “cuando se solicita en el mes de julio a las administraciones la ampliación del número de horas de la asignatura de Religión, los trámites se alargan inexplicablemente durante meses, lo que provoca que cuando comienza el curso los alumnos de esta asignatura no cuenten con profesor”.

Esta dejación por parte de la administración crea malestar en los padres de los alumnos que han elegido la asignatura de Religión –un 77% de los escolares de toda la provincia–, en los propios alumnos que se ven privados de su derecho a recibir esta enseñanza y en el resto de profesores de los centros educativos que tienen que hacer horas extra para suplir a los docentes de Religión.

Pero es más, añade, “con esta medida el Ministerio de Educación está dejando sin justificación durante meses en el paro a seis personas que desde el mes de septiembre deberían estar ejerciendo como profesores de Religión”.

El delegado episcopal afirma que “aunque en estos momentos la asignatura goza de muy buena salud –ha aumentado el número de alumnos tanto en primaria como en secundaria- parece que exista cierta intención de desgastarla y desprestigiarla por parte de las administraciones que no están cumpliendo con la legislación en materia educativa ni con el acuerdo que firmó el gobierno de España con la Santa Sede”.

Por ley, una baja debe cubrirse en quince días, pero en el caso de los profesores de Religión el trámite se prolonga, llegando a darse el caso de que un profesor que tiene que cubrir una baja de dos meses puede incorporarse cuando tan sólo quedan dos semanas.

La dejación por parte de las administraciones provoca que se culpe de forma equivocada al obispado de la situación.

“Muchas personas, incluso desde los mismos centros educativos, llaman al obispado pidiendo una explicación por el retraso en la incorporación de los profesores de Religión, cuando en realidad son el Ministerio de Educación y la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía las administraciones responsables del problema en educación primaria y secundaria, respectivamente. Siendo ellas la encargadas de oficializar los contratos y de pagar directamente las nóminas de los profesores”, tal y como afirma Ignacio López Román quien asegura que desde el obispado “lo único que se pide es que no se menosprecie la asignatura de Religión y que se le dé el mismo trato que al resto de asignaturas porque no se está jugando con ella con honestidad”.

Una situación que se repite en otras diócesis españolas, sobre todo cuando se pide una ampliación del número de profesores de Religión, que siguen siendo discriminados respecto a los profesores de otras asignaturas.

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ZENIT Staff

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