ROMA, viernes 18 noviembre 2011 (ZENIT.org).- En tiempos de crisis, el diálogo entre economía y Doctrina Social de la Iglesia se acorta. Los desafíos de la economía actual, incapaz de absorber sus propios fallos, piden nuevas soluciones. Se acaba de publicar en italiano un ensayo que abre una original perspectiva a la gestión empresarial, a partir de la constatación de que las organizaciones empresariales son multiformes y la acción económica humana no está siempre guiada por fines utilitarios.
La pregunta de fondo se refiere al espacio de la gratuidad en el ámbito de la actividad económica: ¿la lógica del don, es siempre “no económica” o puede jugar un rol también en la empresa? ¿la creación de valor, queda siempre contenida al interno de esquemas rígidamente económicos o los sobrepasa llegando hacia horizontes más amplios?
La perspectiva del metaprofit (metabeneficio) parece abrirse a un panorama más amplio, en el que –junto a las típicas formas económicas de empresa– florecen nuevas tipologías empresariales, para conjugar explícitamente la dimensión económica con la social, cultural, ambiental, etc. Todo a partir de la lógica –económica– del don: los intercambios no siempre están motivados por el utilitarismo, sino que a menudo derivan de relaciones humanas más amplias y profundas que no son ajenas al concepto de gratuidad.
Partiendo de un riguroso planteamiento metodológico económico-empresarial y de un cuidadoso análisis del magisterio, este ensayo analiza algunas teorías empresariales descubriendo sus límites y traza las primeras líneas de una renovada teoría metaprofit de la empresa.
La conclusión del ensayo supone una nueva apertura ética frente a los retos económicos; de hecho, parece que la lógica económica no siempre es suficiente en sí misma, sino que requiere una renovada conjugación ética.
Los autores del libro Giorgio Mion y Cristian Loza Adaui explican –en la página web del Observatorio Van Thuan- qué entienden por metaprofit: “Hemos decidido recorrer un camino nuevo pero al mismo tiempo antiguo: queríamos, en efecto, subrayar que el profit (beneficio) –aún siendo un legítimo objetivo humano– no es la única motivación de la actividad económica. Hemos considerado por lo tanto el prefijo meta en el sentido etimológico como ‘a través de’ y como ‘más allá de’, para subrayar que el beneficio económico es un instrumento y no un fin de la actividad económica”.
¿Cuáles son las fuentes que han inspirado su idea?: “Nos hemos referido al mismo tiempo a dos tipos de fuentes: por un lado, la literatura económico-empresarial internacional, que ha demostrado en las últimas décadas una cierta atención a temas de responsabilidad social empresarial, aún si algunas aproximaciones a ese tema no siempre se pueden compartir. Por el otro lado, la Doctrina Social de la Iglesia; en particular algunas ideas innovadoras que se encuentran en la última encíclica de Benedicto XVI, que propone la pluralidad de formas empresariales como solución innovadora para el desarrollo económico”.
Los autores señalan un punto de tropiezo: “El estudio de los fenómenos empresariales no puede escapar al espíritu de los tiempos: en demasiadas partes, el enfoque –incluso ético– de la actividad económica se resuelve en clave individualista. Hemos tratado de poner de relieve las limitaciones de este enfoque, que elimina el elemento social y degrada el fenómeno empresarial a un reduccionismo inaceptable”.
Confiesan que la doctrina de Benedicto XVI ha sido una inspiración: “Exacto, hemos tratado de poner de manifiesto, en términos empresariales, que el retorno a una visión comunitaria de la actividad económica, en la que junto a las expresiones propiamente empresariales hay un florecer de experiencias empresariales multiformes, que puede convertirse en una importante innovación para el estudio y la gestión empresarial. Reducir la acción humana a los estrechos límites del utilitarismo –incluso cubriendo el tema en clave ética– es una equivocación para con el hombre y un error científico grave”.
¿Piensan en una empresa un poco menos “empresa”?: “No, este no es el centro de nuestro razonamiento: Cuando la empresa hace bien ella es innegablemente social, porque crea valor y lo difunde en torno a si. Sin embargo, existen tantas realidades – cooperativas, fundaciones, etc. – que se están haciendo cada vez más fundamentales para el desarrollo social y económico, donde la lógica económica es conciliada e inspirada por otras finalidades. El descubrimiento de nuevas dimensiones del valor empresarial no niegan lo económico, lo exaltan”.
¿Cuáles son las condiciones para que este metaprofit pueda hacerse en realidad?: “En primer lugar, el nuestro no es un ‘sueño’, sino un argumento que comienza con la lectura de la realidad, así como en Caritas in Veritate Benedicto XVI no propone una exhortación, sino una observación con respecto a la pluralidad de las formas de negocios. Las condiciones de desarrollo, son múltiples sean tanto de orden cultural –interno y externo a la organización empresarial– como de gestión: pensemos, por ejemplo, en el conocimiento como generador de valor o en la sistematicidad como carácter fundamental de las estrategias empresariales orientadas a superar una perspectiva lucrativa de corto plazo”.
El libro cuenta con un prólogo escrito por monseñor Giampaolo Crepaldi, presidente del Observatorio Cardenal Van Thuân, una entidad especializada en Doctrina Social de la Iglesia.
Para comprender su significado, afirma monseñor Crepaldi, es necesario volver a la Caritas in Veritate de Benedicto XVI. Como se sabe, la encíclica afronta problemas emergentes, como la progresiva erosión de los límites entre el profit y el non profit por nuevas realidades económico-empresariales.
“No es que se trate de realidades económicas y empresariales que se ubican en una zona fronteriza donde profit y non profit se superponen y se mezclan –precisa monseñor Crepaldi–, se trata más bien de realidades nuevas, no configurables en las dos categorías precedentes y mucho menos en una mezcla de ellas en distintos grados. Después de haber constatado el nacimiento de este nuevo mundo económico y de haber hecho también algunos ejemplos, el papa pide a los estudiosos investigar el fenómeno y ofrecer a los responsables de políticas y a los legisladores los instrumentos para disciplinarlos desde el punto de vista jurídico y fiscal”.
Nótese que Benedicto XVI, señala, “afirma expresamente que no se trata de un “tercer sector”, queriendo así superar definitivamente la concepción ‘residual’ del non profit y tal vez también la articulación triangular de sinergia entre mercado, sociedad civil y estado proyectada por Juan Pablo II en la Centesimus Annus. Este último hablaba de la ‘sociedad de trabajo libre, de la empresa y de la participación’ que ‘no se opone al mercado, pero que exige que sea oportunamente controlado por las fuerzas sociales y por el Estado’. El metaprofit no es sólo el ‘tercer sector’ y la yuxtaposición de las tres dimensiones no explica la realidad”.
“Este libro, obra de dos jóvenes profesores de administración de empresas, se inscribe precisamente en el terreno del metaprofit indicado por Benedicto XVI y asume la invitación del Papa de profundizar en su conocimiento”, señala monseñor Crepaldi.
Recuerda que este neologismo nació en el ámbito del Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân para la Doctrina Social de la Iglesia, y expresa una nueva realidad y un nuevo compromiso.
Para obtener el libro en italiano se puede enlazar con: http://www.amazon.es/gp/product/8882727378/ref=as_li_qf_sp_asin_il_tl?ie=UTF8&tag=zenit058-21&linkCode=as2&camp=3626&creative=24790&creativeASIN=8882727378.