LA RIOJA, martes 29 noviembre 2011 (ZENIT.org).- El obispo de La Rioja Roberto Rodríguez manifestó su «respeto y adhesión» a la resolución judicial del juez federal Daniel Herrera que confirma que la muerte de monseñor Enrique Angelelli se debió «a un hecho programado y premeditado, el 4 de agosto de 1976, y que se convierte en fundamento para futuras acciones eclesiales».
Monseñor Angelelli nació en la ciudad de Córdoba en 1923 y fue ordenado sacerdote en Roma, el 9 de octubre de 1949; fue preconizado por el beato Juan XXIII como obispo titular de Listra y auxiliar del Arzobispado de Córdoba, en 1960, y se consagró como obispo en Córdoba en 1961.
Pablo VI lo nombro obispo de La Rioja el 3 de julio de 1968, tomando posesión el 24 de agosto. Falleció en accidente en Punta de los Llanos, La Rioja, el 4 de agosto de 1976, y sus restos descansan en la cripta de la catedral de La Rioja.
En sectores católicos siempre se sospechó que el accidente de tráfico en el que murió el obispo fue provocado y la diócesis y los familiares han luchado sin denuedo para establecer la verdad.
El asesinato registró este lunes una importante y trascendental novedad procesal. El juez federal de La Rioja, Daniel Herrera, dictó el procesamiento y prisión preventiva de Jorge Rafael Videla, Albano Harguindeguy, Luciano Benjamín Menéndez, Luis Fernando Estrella y el ex comisario de policía de la provincia, Juan Carlos Romero, alias “El Bruja”.
En el mismo resolutorio el magistrado les trabó embargo de bienes en la suma de trescientos mil pesos a cada uno. Uno de los querellantes de la familia del obispo, el abogado Miguel Ángel Morales se lamentó de que su colega, Rubén Layún, con quien compartía la querella haya fallecido tiempo atrás sin conocer la resolución, “luego de luchar tanto tiempo por el esclarecimiento de este asesinato y la reivindicación de Angelelli”.
Según el auto de procesamiento dictado por el juez Herrera, se ordenó la prisión domiciliaria de Harguindeguy, Menéndez y “El Bruja” Romero. El juez les atribuyó la figura de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas.
En el expediente se estableció que la muerte de monseñor Enrique Angelelli fue producto de un accidente automovilístico provocado, que ocasionó la muerte al prelado riojano y lesiones de consideración a su acompañante, el ex sacerdote Arturo Pinto”.
Conforme al plexo probatorio, incorporado al expediente, Videla, Harguindeguy y Menéndez “se ubicaban en un primer nivel ya que eran los jefes, quienes planificaban y organizaban los sucesos criminales. En un segundo nivel o jerarquía intermedia se puede ubicar a quien entonces ostentaba la Jefatura del Batallón de Ingenieros 141 (Área 314) el ya fallecido teniente coronel Osvaldo Pérez Bataglia, al encartado Di Cesare –que era oficial del Ejército- quien ejercía en el momento de los hechos la Jefatura de la Policía de la Provincia de La Rioja.
En éste mismo nivel se ubica el imputado Romero, quien era Jefe de Inteligencia (D-2) de la Policía de la Provincia”.
«Esta resolución judicial –dice el comunicado del obispo- no la vivimos con ánimo de revancha, sino como un signo de esperanza, que no es lamento, sino fortaleza en el compromiso por la verdad y la justicia. Precisamente nuestra participación como querellantes particulares, estuvo fundada en la cooperación y colaboración con la Justicia, tendiente a lograr el esclarecimiento de los hechos y circunstancias en la que se produjo la muerte de monseñor Angelelli».
“La carta encíclica Evangelium Vitae resalta que ‘la vida es siempre un bien. Está es una intuición o, más bien, un dato de experiencia, cuya razón profunda el hombre está llamado a comprender”, añade.
Lamenta que «la opción pastoral de monseñor Angelelli, como pastor de la Iglesia que está en La Rioja, inspirada siempre en el Evangelio y el Concilio Vaticano II, no fue comprendida por quienes encuadrados en la Doctrina de la Seguridad Nacional, alentaron la intolerancia, el hostigamiento, las calumnias y la persecución».
«A 35 años de aquel luctuoso hecho, producto de las fuerzas del mal, exhortamos al compromiso de «una auténtica democracia, y mucho más, de afirmar los grandes valores de la persona, la familia y la sociedad, de vivir las virtudes morales de justicia y solidaridad», afirma.
El comunicado de monseñor Rodríguez concluye citando a monseñor Angelelli en su «oración a mi sacerdocio»: «Hoy la Patria está gestando un hijo con sangre y con dolor… lloran los atardeceres esperando que el hijo nazca sin odios y con amor».
«Que san Nicolás obispo y mártir nos impulse a la caridad y la comprensión mutua, en nuestras obligaciones y derechos orientados hacia el bien común», concluye el obispo de La Rioja, invocando al patrono de la diócesis.
Para saber más: www.obispadolarioja.com.ar.