'La Eucaristía: Comunión con Cristo y entre nosotros'

Reflexiones teológicas y pastorales ante el 50 Congreso Eucarístico Internacional

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ROMA, jueves 7 junio 2012 (ZENIT.org).- En el periodo de preparación del 50 Congreso Eucarístico Internacional, que se celebrará en Dublín, Irlanda, del 10 al 17 de junio próximos, el Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales hizo público un documento base con reflexiones teológicas y pastorales. Ofrecemos aquí el inicio del documento y una referencia para encontrar el documento completo.

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El 50° Congreso Eucarístico Internacional

1. En junio de 2012, se celebrará en Dublín, Irlanda, el quincuagésimo Congreso Eucarístico Internacional. Por una feliz coincidencia, el año 2012 también marca el quincuagésimo aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II. El tema para el Congreso Eucarístico en Dublín “La Eucaristía: Comunión con Cristo y entre nosotros”, recoge la noción de comunión que fue tan central en la visión del Concilio.

2. El Concilio Vaticano II puede ser descrito como un acontecimiento Pentecostal que permanece como brújula segura por la que la Iglesia también hoy mantiene su rumbo. Una inquietud primordial a lo largo de sus deliberaciones fue cómo, en estos tiempos en que la raza humana ha entrado en un nueva etapa de la historia que involucra numerosos cambios nuevos, rápidos y profundos[1], la Iglesia puede manifestar mejor a Jesucristo para que las personas de nuestro tiempo puedan verlo, escucharlo, y encontrarse con Él viviendo entre nosotros. En respuesta a esta inquietud, el Espíritu Santo guió al Concilio para promover una eclesiología de comunión. Es muy apropiado, por lo tanto, que el Congreso Eucarístico, coincidiendo con este significativo aniversario del Concilio, dirija nuestra atención a este tema de comunión.

3. El Congreso nos presenta una oportunidad extraordinaria para explorar más profundamente hasta qué punto hemos dejado que nos impacte la reforma propuesta por el Concilio en términos de comunión, tanto respecto a la vida interna de comunión de la Iglesia, como también en referencia a nuestra apertura a todos los que caminan junto a nosotros en los senderos de la historia. La noción de comunión es, justamente, muy significativa para la evangelización, en concreto para comunicar la Buena Nueva de Jesucristo que desea estar junto a nosotros en su alegría y libertad, en su ardor y paz. Los muchos hermanos y hermanas en la fe que se congregarán para el Congreso Internacional, procedentes de Asia y África, de América y Oceanía, así como de Europa, enriquecerán nuestra exploración del tema del Congreso al expresar la unidad y diversidad de la comunión de la Iglesia.

4. Han pasado ochenta años desde que se celebró un Congreso Eucarístico Internacional en Irlanda, entonces se recordaba el 1500 aniversario de la llegada de san Patricio a la isla y la difusión del amor de los misioneros irlandeses por la Eucaristía. El Congreso del año 1932 fue un evento muy significativo en múltiples facetas. A pesar de caracterizarse, según los criterios actuales, por un cierto triunfalismo, se dice que el Congreso hizo una poderosa contribución para sanar las heridas de la guerra civil que había desgarrado a Irlanda tan sólo unos años antes[2]. Sin embargo, también se ha señalado que la fusión entusiasta del sentimiento católico y el orgullo nacional en esa ocasión tuvo sus inconvenientes a largo plazo. Hubo muchos cambios en Irlanda en el período intermedio. El contexto actual es muy diferente. El estilo, el propósito y el resultado de los Congresos Eucarísticos han sido también considerablemente alterados a través de los años. En los últimos tiempos, un Congreso Eucarístico Internacional es más una fiesta de fe, que consiste en seminarios, conciertos, talleres, exhibiciones. El resultado de todo esto es que el Congreso de 2012 será bastante diferente del que se llevó a cabo hace ochenta años.

5. El escenario contemporáneo irlandés para el Congreso Eucarístico es luz y oscuridad. Por un lado, conscientes de “la roca” de fe en la que fueron labrados las mujeres, hombres y niños irlandeses de la Iglesia (Cf. Is 51,1), todavía podemos estar agradecidos a Dios por esa generosa contribución, muchas veces heroica, hacia la Iglesia y a la humanidad por pasadas generaciones de irlandeses[3]. Una buena noticia en tiempos recientes, a la que han contribuido las iglesias, ha sido el proceso de paz en Irlanda del Norte. A pesar de las dificultades financieras actuales, Irlanda puede reconocer con satisfacción las enormes mejoras socio-económicas de la isla en comparación con 1932. Se debe reconocer, sin embargo, al comienzo de estas reflexiones teológicas y pastorales, que hoy la Iglesia Católica en Irlanda está recorriendo un camino de curación, renovación y reparación, particularmente a causa de los abusos de niños y jóvenes vulnerables por parte de sacerdotes y religiosos. En muchos aspectos, como los discípulos en el camino de Emaús, los católicos irlandeses se sienten desorientados por las cosas que han sucedido en su Iglesia. El grito de víctimas y supervivientes de los abusos sexuales del clero traspasan el Cielo y la Tierra, pidiendo signos radicales de arrepentimiento.

6. El Congreso de 2012 puede ser visto como un momento de “kairos”, en el sentido bíblico de un tiempo oportuno, cuando puede suceder algo especial a causa de la intervención de Dios. Es un momento en el que la Iglesia, tanto en Irlanda como en el mundo entero, puede beneficiarse mucho de escuchar de nuevo lo que el Espíritu Santo ha dicho y está diciendo a la Iglesia, en y a través del Concilio Vaticano II. De hecho, es una ocasión providencial para que la gente se reúna en comunión con Cristo y entre sí “a reflexionar sobre las heridas infligidas al cuerpo de Cristo, sobre los remedios necesarios, a veces dolorosos, para vendarlas y curarlas; y sobre la necesidad de unidad, caridad y ayuda mutua en el largo proceso de recuperación y renovación eclesial”[4]. El Congreso también puede considerarse como una especie de momento ‘statio’, es decir, una pausa para la oración y el compromiso, una parada a lo largo del camino de la Iglesia a la que invita la Iglesia en Irlanda a la Iglesia universal. Es un momento específico en su peregrinación, en el que la Iglesia universal es invitada a fijarse especialmente en un aspecto de la Eucaristía, el de la comunión con Cristo y entre nosotros, propuesto por el tema del Congreso. De esta forma adoraremos públicamente ese vínculo de caridad y unidad. Al congregarnos junto con peregrinos de todas las partes del mundo, el Congreso será un auténtico signo de fe y caridad en comunión ofrecido a todos.

Notas

[1] Concilio Vaticano II, Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, Gaudium et spes (GS), 4

[2] Patrick Corish, The Irish Catholic Experience (Dublin: Gill and MacMillan, 1985), p. 246.

[3] Benedicto XVI, Carta pastoral a los católicos de Irlanda19 de marzo, 2010.

[4] Ibid., n. 5.

Para acceder al documento completo: http://www.vatican.va/roman_curia/pont_committees/eucharist-congr/documents/rc_committ_euchar_doc_20110215_50-testo-base_sp.html.

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ZENIT Staff

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