El próximo tres de marzo se celebra el Día de Hispanoamérica, bajo el lema “América, puerta abierta a la misión”. Esta Jornada, organizada por la Comisión de Misiones de la Conferencia Episcopal Española, quiere fomentar los lazos de colaboración entre América y España. Con motivo de esta celebración, cinco obispos españoles que ejercen su ministerio en América Latina han escrito sus impresiones y recuerdos y han exhortado a mantener viva la cooperación entre las dos Iglesias.
“Os seguimos animando a solidarizaros con los misioneros que trabajamos en este continente. Necesitamos vuestra oración y vuestra solidaridad para cumplir nuestra misión”, escribe monseñor Rafael Cob, obispo del Vicariato Apostólico de Puyo, en plena selva ecuatoriana. “No hay misión sin misioneros. Apoyar a vuestros misioneros es apoyar a vuestra iglesia”, afirma.
El 70,8% de los misioneros españoles, está en América. La mayoría son religiosas (47,8%) y sacerdotes (41,3%), aunque también hay hermanos religiosos (7,5%) y laicos (3,4%). De ellos casi un centenar son obispos. “No cabe la menor duda de la gran gesta realizada, a lo largo de los años, por los miles de misioneros y misioneras españoles”, afirma monseñor José Vicente Conejero Gallego, obispo de Formosa (Argentina). Según escribe, estos “han dado lo mejor de sus vidas para hacer presente el Reino de Dios, consolar y promover integralmente a las gentes de estos queridos pueblos de América, especialmente a los más pobres”.
Una de las mayores muestras de colaboración entre las Iglesias es la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), integrada en la Conferencia Episcopal Española que envía presbíteros a las Iglesias locales de América Latina más necesitadas. Estos marchan a la misión sin dejar de pertenecer a sus diócesis de origen. Desde su fundación en 1949, ha enviado a 2.500 sacerdotes diocesanos españoles. Actualmente hay 329 presbíteros de la OCSHA trabajando en más de veinte países, y recibieron en 2012 una ayuda de 88.061,41 euros de las diócesis españolas.
José González Alonso, sacerdote de la OCSHA desde 1965 y ahora obispo de Cajazeiras, Brasil, recuerda que ayudados por esta institución entregaron “lo mejor de nuestras vidas y dejamos, alegres y silenciosamente, nuestros años y salud. Y construimos iglesias, capillas, casas parroquiales, colegios, hospitales guarderías, orfanatos, asilos, universidades”. “España no puede desconocer o quedar indiferente ante la obra de evangelización de tantos misioneros en este continente”, afirma el prelado.
Por su parte, monseñor Gilberto Gómez González, obispo de Abancay, Perú, recuerda que en su diócesis la OCSHA colaboró con la creación de un seminario. “Hasta entonces se pensaba que los “padrecitos” o eran viejitos o extranjeros: españoles o gringos”, afirma orgulloso por los frutos de este seminario, que ya cuenta con vocaciones nativas: “Se ve que los sacerdotes de la OCSHA han sabido contagiarles su espíritu misionero”.
El mensaje para esta Jornada, firmado por el cardenal Marc Ouellet –presidente de la Pontificia Comisión para América Latina–, alaba a esta institución, y recuerda que América es una puerta de entrada a los misioneros extranjeros. “Los misioneros españoles siguen encontrando las puertas abiertas para la misión en América Latina”. Sin embargo, subraya que también es una puerta de salida de los misioneros autóctonos.
“La misión en América Latina sigue siendo una tarea preciosa que el Señor nos ha confiado a hombres y mujeres de la vieja y nueva Iglesia en España”, explica Javier del Río, obispo de Tarija, Bolivia. Y concluye: “Algún día serán nuestros hermanos americanos quienes nos prediquen el Evangelio”.