En una tarde fría y lluviosa de Roma, el cardenal venezolano Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas, celebró una misa solemne en honor del fallecido presidente Hugo Chávez, en la iglesia romana de Santa Maria dei Monti.
Poco más de cien personas se reunieron en esta iglesia de Roma, ciudad en que la comunidad venezolana no es tan numerosa. De los presentes un tercio aproximadamente eran periodistas y otro tanto miembros del clero.
“Queridos hermanos –dijo el cardenal Urosa al inicio de la celebración- unidos en la fe, vamos a celebrar esta eucaristía por el eterno descanso del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el ciudadano, teniente coronel, Hugo Rafael Chávez Frías, para que el Señor le conceda el eterno descanso y le lleve a gozar de su eterna gloria”.
Y añadió: “Vamos a rezar con todo el pueblo de Venezuela para que vivamos unidos, y para que podamos trabajar siempre y resolver nuestros conflictos en paz”. Con estos sentimientos, concluyó el cardenal, realizamos esta ceremonia.
En su homilía el cardenal partió de la promesa de Cristo: “Yo soy la resurrección y la vida”, profundizando «lo temporal de la vida y la esperanza de la promesa de Jesús y de la resurrección».
El cardenal venezolano se encuentra en Roma para asistir al Cónclave que deberá elegir al nuevo papa.
Por su parte el Arzobispado de Venezuela, apenas conocida la noticia de la muerte del presidente expresó sus condolencias a los familiares del fallecido mandatario, e instó a que, ante su ausencia, se «apliquen los mecanismos previstos en la Constitución», y todos los sectores promuevan «la calma y la armonía de la población».
Recordó también como en algunos momentos difíciles de la vida del presidente, como cuando estuvo preso en el Cuartel de San Carlos, varios obispos venezolanos estuvieron cerca de él y el reciente comunicado de la Conferencia Episcopal de Venezuela en la que se da el pésame a su familia,
Al concluir la misa los presentes entonaron el himno de Venezuela: «Gloria al bravo pueblo…«