La misa de inicio del ministerio petrino del obispo de Roma se caracteriza por dos símbolos concretos que acompañarán al nuevo pontífice, el anillo del pescador y el palio. Además, como signo de obediencia al nuevo papa, algunos cardenales le saludarán en representación de todo el colegio cardenalicio.

El palio

Entre las insignias litúrgicas del sumo pontífice, uno de los más evocativos es el palio hecho de lana blanca, símbolo del obispo como buen pastor y junto al Cordero crucificado por la salvación de la humanidad. "La lana de cordero representa la oveja perdida, enferma o débil, que el pastor lleva a cuestas para conducirla a las aguas de la vida", así lo explicó el papa emérito Benedicto XVI en la homilía de la Santa Misa por el inicio de su ministerio petrino el 24 de abril de 2005.

El palio papal, en su forma presente, es una banda de lana tejida con forma grande y larga, y con el color rojo de las cruces. Sin embargo, el palio de los arzobispos metropolitanos es una banda estrecha de la misma lana con seis cruces negras de seda. La diferente forma del palio papal respecto al de los metropolitanos destaca la diversidad de las jurisdicciones.

En el momento de la imposición del Palio se leen estas palabras: "El Dios de la Paz, que ha hecho subir de nuevo de los muertos al gran Pastor de las ovejas, el Señor nuestro Jesucristo, te done él mismo el Palio tomado de la Confesión del apóstol Pedro. A él el buen Pastor ha encomendado pastar sus corderos y sus ovejas y hoy tu sucedes a Pedro en el Episcopado de esta Iglesia que él ha generado a la fe junto al apóstol Pedro. El Espíritu de Verdad, que procede del Padre, dones abundantes, inspiraciones y discernimiento a tu ministerio para confirmar los hermanos en la unidad de la fe". "¡Dios confirma todo cuanto ha hecho por ti!" "Y la fuerza del Altísimo te guarde santamente".

El anillo del pescador

El anillo, ya elemento litúrgico neotestamentario, desde el primer milenio es insignia propia del obispo. El que se ha entregado hoy al papa, llamado anillo del pescador, sobre el que se representa la imagen de san Pedro con las llaves, tiene el significado particular del anillo que autentifica la fe y significa la tarea confiada a Pedro de confirmar a sus hermanos (cfr. Lc 22, 32). Se llama "del pescador" porque Pedro es el Apóstol pescador (cfr. Mt 4, 18-19; Mc 1, 16-17) que, habiendo tenido fe en la palabra de Jesús (cfr. Lc 5, 5), ha dirigido la barca mar adentro y ha llevado a tierra las redes de la pesca milagrosa (cfr Jn 21, 3-14). "También hoy se dice a la Iglesia y a los sucesores de los apóstoles que se adentren en el mar de la historia y echen las redes, para conquistar a los hombres para el Evangelio, para Dios, para Cristo, para la vida verdadera", dijo Benedicto XVI en la homilía del inicio del ministerio petrino.

En el momento de la entrega del anillo del pescador se dice: "Beatísimo Padre, el mismo Cristo, Hijo del Dios viviente, Pastor y obispo de nuestras almas, que ha edificado su Iglesia sobre la roca, te dona el Anillo, sigilo de Pedro el pescador que ha vivido su esperanza sobre el mar Tiberiades y al cual el Señor Jesús ha entregado las llaves del Reino de los cielos. Hoy, tu sucedes al Beato apóstol Pedro en el episcopado de esta Iglesia que preside a la comunión de la unidad según la enseñanza del Beato apóstol Paolo. El espíritu del amor derramado en nuestros corazones te de la fuerza y la mansedumbre para guardar con tu ministerio a los creyentes en Cristo en la unidad de la comunión". "¡Dios confirma todo cuanto ha hecho por ti!" "Y la fuerza del Altísimo te guarde santamente".

Como último símbolo, varios representantes de los cardenales saludan al papa en gesto de obediencia. En esta ocasión han sido los cardenales Giovanni Battista Re y Tarcisio Bertone de la orden de los obispos, cardenales Joachim Meisner y Jozef Tonko de la orden de los presbíteros, y cardenales Renato Raffaele Martino y Francesco Marchisano de la orden de los diáconos.

Mientras el coro canta en latín: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo"