El papa Francisco celebrará mañana la misa de inicio de pontificado, junto a otros 180 concelebrantes. Se le llama 'misa de inicio del ministerio petrino del obispo de Roma'. Y como tal es el papa de la Iglesia universal. En pasado se llamaba la entronización del papa, quizás en pasado estaba bien, pero no ahora, puesto que no se trata de un rey”.

Lo indicó hoy en el Mediacenter, el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, acompañado por el portavoz en idioma español José María Gil Tamayo y en inglés y francés el padre Thomas Rosica.

Estarán presente, al menos hasta los datos actuales, 132 delegaciones de países. Y padre el Lombardi subrayó “que la Santa Sede no realiza invitaciones, y quien quiere puede venir”. Y si algún jefe de Estado quiere venir puede hacerlo. Y si hay alguno incómodo, no fue invitado y no fue rechazado”.

Después de la misa en la basílica, ya sin los paramentos, delante del altar central, los jefes de los diversos países saludarán a Francisco.

“El papa deja la casa de Santa Marta a las 8,50 y dará un giro grande por las calles, con el papamóvil u otro vehículo que él decida, para saludar de cerca a los peregrinos. Después a las 9,15 va a la sacristía, cerca de la imagen de la Piedad esculpida por Miguel Ángel y allí se alistará para la  misa que inicia a las 9,30”.

La ceremonia inicia en la tumba de San Pedro, debajo del altar central y se realizará en la plaza que según la tradición es el lugar del martirio de San Pedro, pues allí estaba el circo de Nerón.

No hay certeza -sabemos de otras comunicaciones de la Santa Sede- que los restos del apóstol estén allí. Sí en cambio se sabe claramente que es la tumba de San Pedro, situada exactamente debajo del altar y el dosel realizado por el Bernini en el centro de la cruz de la basílica.

“De la sacristía el papa va a la tumba de San Pedro. Allí bajará a la cripta debajo del altar y acompañado por los patriarcas, o los jefes de las Iglesias orientales católicas, unos diez; cuatro de los cuales cardenales.

Allí en la cripta estarán los símbolos que recibirá el pontífice durante la misa: el anillo del Pescador y el palio y el evangeliario, después de lo cual suben en procesión, van hacia la puerta de la basílica y salen hacia la explanada en donde está el altar en el que se celebrará la misa.

En estos momentos se cantarán las letanías Laudes Reges. “Un aspecto interesante --precisó el portavoz- es que se invocan muchos santos, en particular los santos papas, y concluyen con la de san Pío X. No se invocan los santos beatos, que son tantos”.

“El palio --explicó el portavoz en español Gil Tamayo- es de lana de cordero que se pone en torno al pecho y espalda, significa el buen pastor que busca a la oveja perdida, y con unas cruces rojas --porque da la vida por ellas- y que recuerdan las llagas de Cristo. Los arzobispos metropolitas tienen también el palio, pero con las cruces negras”.

El cardenal protodiácono, Jean Louis Touran, el mismo que anunció el habemus papam, le dará el palio al santo padre. Es idéntico al que tenía Benedicto XVI. Y después le sigue una oración. El anillo en cambio se lo entrega el cardenal decano, Angel Sodano.

Es otro de los símbolos, llamado del Pescador, “porque san Pedro era un pescador, y recuerda el texto bíblico de la pesca milagrosa cuando Jesús lo hizo pescador de hombres. Este tendrá la figura de Pedro con las llaves. Es obra de un famoso artista italiano, Enrico Manfrini. Está hecho de plata dorada”, indicó el portavoz en español.

Concelebran todos los cardenales que están en Roma, los patriarcas y arzobispos orientales no cardenales, el secretario del Colegio de Cardenales y dos sacerdotes, y los generales de los Franciscanos y de los Jesuitas. No hay otros concelebrantes.

La ceremonia concluirá con la promesa de obediencia. La prestan seis cardenales, uno por cada orden de ellos, si bien ya se le prestaron apenas el papa fue elegido. Y no habrá representantes de otros grados del clero, que en cambio lo harán en la iglesia de San Juan de Letrán, la catedral de Roma.

Después de estos ritos inicia la misa, que es la de la festividad de San José, patrono de la Iglesia. O sea no hay lecturas relacionadas al nuevo papa, o al gobierno de la Iglesia.

El evangelio en esta ocasión será proclamando sólo en griego. En la pascua por ejemplo se canta en latín y griego, que representan las dos dimensiones de la vida de la Iglesia.

Las ofrendas serán llevadas sin procesión solemne y el papa personalmente no da la comunión sino que será dada por los diáconos y 500 sacerdotes que lo harán en la plaza. “Aspectos de sencillez que harán que la misa no sea demasiado larga. Quizás unas dos horas” precisó.

Las músicas serán cantadas por el coro de la Capilla Pontificia Sixtina a cargo del maestro Massimo Palombella y de la Academia Pontificia de Música Sacra. Una parte particular, comunicó el maestro Palombella, es durante el ofertorio, compuesta por Pierluigi de Palestrina, para la ocasión de un nuevo pontificado. Y se llama Tu es pastor ovium, tu eres el pastor de las ovejas. Y al final la misa concluye con el canto del Tedeum, con parte en gregoriano y polifónico. No habrá Ángelus como en los domingos.

El miércoles en cambio el papa recibirá a las delegaciones cristianas en la sala Clementina entre las que se encuentran representantes de alto nivel, como, entre otros, el patriarca Bartolomé, el católico armenio Karekin II y el metropolita Ilarión del patriarcado de Moscú.

En la misa estarán también 16 miembros de las comunidades judías, como el del gran rabinato de Israel. Y una importante delegación musulmana, además de budistas y de otros credos.

Se informó también que el escudo de papa Francisco será el mismo que cuando era arzobispo de la ciudad del Buenos Aires.