Desde ayer está en librerías "En el año de la fe", nueva publicación de la Librera Editorial Vaticana que reúne el ciclo de catequesis propuestas por Benedicto XVI a los fieles durante las audiencias generales de los miércoles, desarrolladas desde el pasado octubre a febrero dedicadas a este año especial creado por el papa "para que la Iglesia renueve el entusiasmo de creer en Jesucristo, único salvador del mundo, reviva la alegría de caminar sobre la vía que nos ha indicado, y testimonie de forma concreta la fuerza transformadora de la fe"
El volumen recoge 19 catequesis, pronunciadas por Benedicto XVI entre el 10 de octubre de 2012, vigilia de apertura del Año de la fe, y el 27 de febrero 2013, penúltimo día de su pontificado.
En las diferentes catequesis, el pontífice responde a interrogantes fundamentales como "¿qué es la fe?, ¿todavía tiene sentido la fe en un mundo en el que la ciencia y la técnica han abierto horizontes hasta hace poco tiempo impensables? ¿Qué significa creer hoy?", reflexionando sobre temas como la profesión comunitaria de la única fe de la Iglesia, sobre el "deseo de Dios" que el ser humano lleva en lo profundo de sí mismo y todavía hoy se ve en muchos modos en el corazón del hombre.
Benedicto XVI ilustra "algunas vías para llegar a la conciencia de Dios", reflexiona sobre la razón de la fe en Dios y sobre como hablar de Él a nuestros contemporáneos, a veces distraídos "por tantos destellos de la sociedad". Pero afronta también el tema de la Revelación de Dios, "como comunicación que Él hace de sí mismo y de su diseño de bondad y de amor", y se detiene sobre la fe de María "a partir del gran misterio de la anunciación".
En el periodo natalicio Benedicto XVI habla de la concepción de Jesús por obra del Espíritu Santo y de la encarnación, realizando en las siguientes catequesis un reflexión profunda sobre diversos pasajes del Credo, Símbolo de la fe cristiana, solemne profesión de fe que acompaña la vida de los creyentes.
El Miércoles de Ceniza el papa ofrece una meditación sobre las tentaciones de Jesús, invitando a la conversión para el Reino de los cielos. Para finalizar, el 27 de febrero, Benedicto XVI saluda a los fieles reunidos muy numerosos en la Plaza San Pedro para asistir a su última audiencia. Recuerda que estamos viviendo el Año de la Fe, "querido para reforzar precisamente nuestra fe en Dios en un contexto que parece meterlo cada vez más en segundo plano", y exhorta a los presentes: "Quisiera que cada uno se sintiera amado por aquel Dios que ha dado a su hijo por nosotros y que nos ha mostrado su amor sin fin. Quisiera que cada uno sintiese la alegría de ser cristiano". Para después concluir: "Sí, estamos contentos por el don de la fe, es el bien más preciso, ¡que nadie nos puede quitar! Damos gracias al Señor de este cada día, con la oración y con una vida cristiana coherente".