Concluyó en Roma el encuentro 'El coraje de la esperanza Religiones y culturas en diálogo'

El fundador de San Egidio: ‘Fomentar el movimiento de paz iniciado por las religiones’

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Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad y ex ministro de Italia, presentó hoy el balance de la cumbre interreligiosa que se realizó en Roma con el nombre «El coraje de la esperanza – Religiones y culturas en diálogo”-

«Rpoma es una ciudad –dijo Riccardi–, que debe volver a ser un cruce de caminos para las personas y religiones, a fin de abandonar el repliegue en el que se vive». En el centro de la cita de este año, estuvo de modo especial la crisis de Siria.

Riccardi recordó la Jornada de oración promovida por el papa Francisco, que marcó la rebelión del espíritu frente a la guerra en Siria, que no es uno de los problemas –dijo– sino “el problema” de hoy en día, frente al cual la comunidad internacional, desde el lado occidental como en el lado árabe, ha revelado su limitado nivel de conciencia.

Otro tema de importancia central para el trabajo de estos días fue el terrorismo con raíces religiosas. Las armas no son suficientes para combatirlo -–indicó el fundador de San Egidio– porque hay una dimensión espiritual fundamental en la lucha contra el terrorismo, por lo tanto, se debe impulsar la creación de un movimiento de paz iniciado por las religiones.

Riccardi no dejó de subrayar las importantes palabras pronunciadas por el papa ayer, durante una audiencia con los miembros de la comunidad y sus invitados en Roma: «Nos sentimos muy cerca de lo que dice el papa Francisco, ya que está tocando puntos vitales de nuestro presente y de nuestra realidad. El santo padre da un mensaje de esperanza que no es un código, sino la asimilación en nosotros mismos: hay un compromiso de todas las religiones, debido a que el terrorismo religioso divide las religiones».

Tres son los ejes del mensaje: repudio al terrorismo, una declaración de esperanza y una afirmación del diálogo para resolver los problemas. La cita para el año 2014, centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial, será en Amberes, Bélgica, primer país en ser invadido por los alemanes –recordó Riccardi al clausurar– y donde se utilizaron por primera vez las armas químicas, tales como el gas mostaza.

Desde Bélgica por lo tanto, vendrá una advertencia a no olvidar a Europa en su conjunto, para asumir la responsabilidad frente a las tragedias de la guerra.

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ZENIT Staff

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