Ofrecemos a nuestros lectores la tercera y última parte de la serie sobre la Iglesia en América Latina, con información de algunos países sud y centro americanos, así como de El Caribe.
Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del papa Francisco, ZENIT está difundiendo el valioso estudio del Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la realidad pastoral, social y devocional de los pueblos latinoamericanos.
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de Cuba, un país ubicado en la zona oriental de El Caribe, con una extensión de 110.860 km2 que acoge a cerca de 11.477.459 habitantes, de los cuales el 51% aproximadamente se profesan católicos.
Orígenes del cristianismo</strong>
La diócesis de Baracoa fue erigida en 1518, por el papa León X quien nombró a Juan de Witte Hoos como primer obispo. El 28 de abril de 1522, Adriano VI cambió el nombre a Santiago de Cuba, y fue elevada a la categoría de arquidiócesis el 24 de noviembre de 1803, por Pío VII, siendo su primer arzobispo Joaquín de Osés y Centena.
La diócesis de San Cristóbal de la Habana fue creada el 10 de septiembre de 1787, por el papa Pío VI, y fue Felipe José de Tres-Palacios y Verdeja su obispo, quien tomó posesión en marzo de 1789. Fue elevada a arquidiócesis el 6 de enero de 1925, por Pío XI, y José Manuel Dámaso Ruíz y Rodríguez el primer arzobispo.
La diócesis de Camagüey fue erigida por el papa Pío X el 10 de diciembre de 1912 y nombró a Valentín (Manuel) Zubizarreta y Unamunsaga, de la Orden de los Carmelitas Descalzos. El 5 de diciembre de 1998, Juan Pablo II la elevó a arquidiócesis, nombrando arzobispo a Adolfo Rodríguez Herrera.
Comunidad que sirve
La Iglesia católica en Cuba cuenta con tres arquidiócesis (San Cristóbal de La Habana, Camagüey, Santiago de Cuba) y ocho diócesis (Matanzas, Pinar del Río, Ciego de Ávila, Cienfuegos, Santa Clara, Guantánamo – Baracoa, Holguín, Santísimo Salvador de Bayamo y Manzanillo).
En el OPC se lee que la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba está conformada por un cardenal-arzobispo, dos arzobispos más, ocho obispos titulares, dos obispos auxiliares y dos eméritos. Para su labor pastoral a nivel colegiado, han integrado cuatro departamentos episcopales que reúnen diversas secciones, presididas por uno de los Obispos, de la siguiente manera: Fe y Misión, Liturgia, Laicos y Cultura, Pastoral Social y
Seminarios.
Colaboran con los pastores 180 sacerdotes diocesanos, 119 sacerdotes religiosos, 60 diáconos permanentes, 152 religiosos y 650 religiosas y numerosos laicos que asumen tareas en los diferentes niveles: comunitario, parroquial, diocesano y nacional. El total de parroquias es de 290.
Relación Iglesia-Estado
Según explica el Informe, «las relaciones han mejorado después de la visita del papa Juan Pablo II, superando épocas difíciles que rayaron con la persecución religiosa. En la actualidad la Iglesia ha logrado ser mediadora para la liberación de los presos políticos, goza por tanto de respeto ante las autoridades cubanas y de aprecio en la mayor parte de la población. Hace pocos años se ha permitido la celebración de la Navidad». También se celebra el feriado del Viernes Santo, como fruto de la viista del papa Benedicto XVI.
Se puede leer que «las relaciones entre el Estado y la Iglesia en Cuba se encuentran en un periodo de expresiones y gestos nuevos. (Hay) encuentros más fluidos entre los obispos y las autoridades correspondientes del Partido Comunista, (que) se van sucediendo en las distintas diócesis y a nivel nacional».
«El proceso se inició hace varios años, y de forma lenta pero gradual ha ido favoreciendo espacios de intercambio en los que la Iglesia expone sus criterios y consideraciones –no solo de contenido religioso- mientras la otra parte, es decir el Partido y, por tanto, el poder, comparte también sus criterios y consideraciones, sobre la Iglesia y sobre cualquier otro tema de interés mutuo», precisa el OPC.
Sin embargo, se advierte que «ha habido un salto cualitativo (en las relaciones), pero falta mucho por andar para concretar un diálogo integral y fructífero. El propósito, a lo que en realidad se debe aspirar y alcanzar gradualmente, es un estadío de respeto mutuo y de no usurpación de las funciones que a cada uno corresponden, máxime en una realidad como la que nos ocupa, donde se ha declarado ya el carácter laico del Estado, que “reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa”, declara la independencia de las instituciones religiosas y explicita la no discriminación por motivos religiosos, según las modificaciones constitucionales del año 1992».
Presencia en la sociedad
El OPC aclara que la Iglesia católica «adelanta su labor dentro de las limitaciones que le imponen el régimen y la escasez de recursos, especialmente a través de las parroquias y los servicios pastorales. El ambiente antirreligioso que caracterizó la situación durante muchos años ha cedido poco a poco, y se presenta actualmente una situación más propicia para la presencia y acción de la Iglesia».
El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba celebrado el 2011, «creó la expectativa que emana de una necesidad imperiosa de conseguir prosperidad y bienestar para la población, así como la urgencia de promover los cambios imprescindibles para facilitar que esto ocurra» recuerda el Informe que recoge el sentir de los obispos cubanos, quienes manifestaron que esperan «que el Congreso haya iniciado ese proceso de transformaciones que no admiten más dilación».
Por su parte, la Iglesia en Cuba realiza su labor pastoral «orientada por un Plan Global Pastoral que se ha elaborado con una amplia participación de los diversos sectores eclesiales, siguiendo las orientaciones de la Conferencia Episcopal y las conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Aparecida», explica el OPC.
Este trabajo de la Conferencia Episcopal se apoya en una página web y algunas publicaciones periódicas de carácter nacional y local que permiten dar a conocer la labor eclesial y las opiniones sobre asuntos de interés público, desde la perspectiva del Evangelio.
Frutos de santidad
Los cubanos veneran ya al beato José López Piteira, nacido en Jatibonico, Cuba en 1912, quien fue diácono de la Orden de san Agustín y que murió mártir de la persecución religiosa en España en 1936. Fue beatificado por Benedicto XVI el 28 de octubre de 2007.
Asimismo, se adelanta el proceso para la beatificación del venerable Félix Varela y Morales (1788–1853), presbítero, maestro, filósofo y escritor quien tuvo un papel destacado en la formación de la nación cubana, muerto en el destierro en los Estados Unidos de América.
También se tiene una especial reconocimiento al venerable padre Jerónimo Mariano Usera y Alarcón (1810-1891), quien fuera deán de la Iglesia Catedral durante 27 años. Natural de Madrid y fallecido en La Habana, le llamaban “Jerónimo de Cuba” por su extraordinaria dedicación al pueblo cubano, y “padre de los pobres” porque estos siempre encontraban en él al protector más decidido y generoso. En la Isla dejó implantadas la Congregación de Hermanas del Amor de Dios, la Sociedad Protectora de los Niños de la Isla de Cuba y la Academia de Tipógrafas y Encuadernadoras.
Otro que se lleva la admiración del pueblo cubano, especialmente en el Oriente es el siervo de Dios José Vandor (1909-1979). Después de pasados treinta años de su muerte, el padre Vandor, salesiano, sigue estando en la memoria de muchos de los fieles de Santa Clara, que lo recuerdan como «un valiente sembrador de paz y un hombre de una profunda unión con Dios». En el año 2003 se inició la fase diocesana para su causa de beatificación.
Amor a María
Entre las devocione
s marianas de los cubanos, destaca por sobre todas «Nuestra Señora de la Caridad del Cobre», que desde su Santuario en el Cobre, se extendió a Santiago de Cuba y a toda la región Oriental. Las noticias más antiguas mencionan que ya en el año 1648 la Parroquia Mayor de Bayamo tenía un altar dedicado a la Virgen de la Caridad debido a un hallazgo prodigioso de la imagen.
En su sitio web oficial se lee que de todas las imágenes de la Virgen de la Caridad que seguramente se veneraban en las iglesias de Santiago de Cuba «la que fue tomando, a través del tiempo, mayor arraigo en la devoción de los santiagueros fue la imagen de la Virgen de la Caridad veneraba en un altar de la Iglesia de santo Tomás Apóstol».
De la parroquia de Santo Tomás, salía la única procesión de la Virgen de la Caridad que se hacía en la ciudad de Santiago y esa misma imagen fue la que recorrió todas las provincias de Cuba entre los años 1951 y 1952 en la Misión Nacional para conmemorar los 50 años de la República de Cuba y también lo hizo entre los años 2010 y 2011 para preparar al pueblo cubano a celebrar en el año 2012, los 400 Años del hallazgo de la bendita imagen de la Virgen de la Caridad, que coincidió con la visita del papa Benedicto XVI a la Isla.
La Virgen de la Caridad del Cobre mide aproximadamente unos 84 centímetros. La imagen se apoya en una brillante media luna, cuyas puntas inclinadas hacia abajo, enmarcan la nube de plata en la que se asoman tres querubines de alas doradas.
El Niño que la imagen nos muestra a su izquierda, levanta una de las manos en actitud de bendición, y en la otra sostiene un globo terráqueo de oro rematado en pedrería. Arropa la imagen un pesado manto, que le confiere una forma triangular típica.
Para conocer más a la Iglesia cubana aquí