Todos los cristianos están llamados a ir al encuentro de los demás

Francisco en audiencia con los miembros de la plenaria del Pontificio Consejo para la Promoción para la Nueva Evangelización

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El santo padre ha recibido esta mañana en audiencia a los participantes de la plenaria del Pontificio Consejo para la Promoción para la Nueva Evangelización. Las tres ideas que Francisco ha desarrollado durante el discurso han sido: importancia del testimonio, urgencia de ir al encuentro y proyecto pastoral centrado sobre lo esencial.

El papa ha recordado que «en nuestro tiempo se verifica a menudo una actitud de indiferencia hacia la fe que ya no se considera importante en la vida humana» y que «es importante que nosotros cristianos mostremos un modo concreto de vivir la fe, a través del amor, la armonía, la alegría, el sufrimiento, porque esto plantea interrogantes, como al inicio del camino de la Iglesia: ¿por qué viven de esa manera?, ¿qué les motiva? Son preguntas que conducen al corazón de la evangelización que es el testimonio de la fe y de la caridad».

Así mismo ha añadido que «como hijos de la Iglesia debemos continuar el camino del Concilio Vaticano II, desprendernos de cosas inútiles y dañinas, de falsas seguridades mundanas que pesan a la Iglesia y dañan su verdadero rostro».  Y es por eso, ha manifestado el pontífice que «necesitamos cristianos que hagan visible a los hombres de hoy la misericordia de Dios, su ternura por todas las criaturas «.

Sobre el hecho de salir al encuentro, Francisco ha explicado que «la nueva evangelización es un movimiento hacia quien ha perdido la fe y el sentido profundo de la vida. Este dinamismo forma parte de la gran misión de Cristo de llevar la vida en el mundo, el amor del Padre a la humanidad». Además – ha continuado el papa – «la Iglesia está dentro de este movimiento, todos los cristianos están llamados a ir al encuentro de los otros, a dialogar con los que no piensan como nosotros, con lo que tienen otra fe, o que no tienen fe. Encontrar a todos, porque todos tenemos en común el ser creados a imagen y semejanza de Dios». Para esto, ha matizado el santo padre «necesitamos el oxígeno del evangelio, el soplo del Espíritu de Cristo Resucitado, para que vuelva a encender -la esperanza- en los corazones. La Iglesia es la casa donde las puertas están siempre abiertas, no sólo para acoger a todos y respirar el amor y la esperanza, sino también para salir y llevar este amor y esta esperanza».

Para concluir, explicando el tercer aspecto de su discurso, el pontífice ha recordado que todo esto en la Iglesia no se deja al azar ni a la improvisación, sino que exige un esfuerzo común.  Por eso, el santo padre ha advertido que «no sirve dispersar en tantas cosas secundarias o superfluas, sino concentrarse en la realidad fundamental, que es el encuentro con Cristo, con su misericordia, con su amor y el amar a los hermanos como Él nos ha amado». Así mismo, ha exclamado que «un proyecto animado por la creatividad y la fantasía del Espíritu  Santo, que nos empuja también a recorrer caminos nuevos, con valentía, sin fosilizarnos!»

Al finalizar ha subrayado la importancia de las catequesis como momento de evangelización. «Es un servicio precioso para la nueva evangelización el que desarrollan los catequistas, y es importante que los padres sean los primeros catequistas, los primeros educadores de la fe en la propia familia con el testimonio y con la palabra».

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Staff Reporter

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