Uno de los judíos que sobrevivió al campo de concentración de Auschwitz, Enzo Camerino , participó esta mañana a la misa del papa Francisco en la capilla de la residencia de Santa Marta. Es uno de los 16 sobrevivientes de los 1.021 judíos deportados a Auswitch de Roma durante la ocupación alemana de la segunda guerra mundial.
A las 5,15 de la mañana del 16 de octubre de 1943, las SS cercaron el barrio de los judíos, el Ghetto de Roma y rastrillaron todas las casas. Solamente una mujer y quince hombres sobrevivieron. De los doscientos niños que fueron llevados por los nazis a los campos de concentración, ninguno regresó.
El diario del Vaticano, el Osservatore Romano indica que Camerino "hoy ha querido unirse a los que participan a la solemne conmemoración que ve reunidos en Roma a diversas componentes de la sociedad civil y religiosa. A comenzar por el papa Francisco”.
El periódico de la santa sede la define como “una presencia significativa en un día significativo” en el aniversario del rastrillaje del Ghetto de Roma.
En Italia, donde la fecha que es muy sentida -también porque hay muchos que vivieron de cerca ese tremendo momento y dan su testimonio- vio el en Senado la propuesta de un decreto ley para castigar penalmente a quienes nieguen el extermino de los judíos provocado por los nazis en la segunda guerra mundial y conocido con la palabra shoah. Hoy la propuesta no fue aprobada y el debate continuará.
El presidente italiano Giorgio Napolitano, al salir del acto de conmemoración que se realizó esta mañana en la sinagoga consideró que el delito de negacionismo "será aprobado por el Parlamento, dando ejemplo también a otros países".
Entretanto la propuesta de castigar con la cárcel a quienes nieguen los hechos históricos, encuentra resistencia entre diversos juristas e intelectuales, que consideran que es mucho más oportuno responder con las armas de la cultura que con un castigo, lo que pondría en discusión la libertad de opinión. En particular haciendo conocer la historia a las generaciones más jóvenes, y promoviendo iniciativas como las visitas a los campos de concentración de delegaciones de escolares.
De otro lado, ayer por la tarde se suspendió el funeral del ex oficial delas SS Eric Priebke, que falleció el 11 de este mes. El oficial nazi fue el responsable de la matanza de 335 italianos, en una represión por la muerte de 33 soldados alemanes. Priebke fue condenado a cadena perpetua pero debido a su edad se quedó, como indica la legislación italiana, en arrestos domiciliarios. La diócesis de Roma negó funerales públicos, desde Argentina y Alemania no quisieron saber de recibirlo. En cambio la fraternidad lefebrista en Albano, situada a pocos quilómetros de Roma, aceptó acoger al difunto para los ritos fúnebres.
A causa de los disturbios que se generaron a las afueras de la mansión de la Fraternidad San Pío X, el funeral fue suspendido y el cajón con los restos mortales llevado a un cuartel militar. Será la familia quien deberá decidir que hacer con el cuerpo de su pariente.
El obispo de Albano, Marcello Semerano, ha señalado que "los lefebvristas tienen una sede aquí en Albano desde tiempos del cisma", y que dicha comunidad "no depende de mi: no son de la Iglesia Católica".
Monseñor Semerano, persona muy cercana al papa Francisco y secretario de Consejo de los ocho cardenales, reitera en una entrevista publicada hoy por el diario italiano el Corriere della Sera, que los lefebristas no están en comunión con la Iglesia católica. Aunque se levantó la excomunión de los cuatro obispos lefebvrianos, y a pesar de los intentos de Benedicto XVI de que se acercaran a la Iglesia, la Fraternidand de San Pío X sigue sin aceptar el Concilio Vaticano II. "No están en comunión con el sucesor de Pedro, sus actos eran y siguen siendo ilegítimos, como lo es la suspensión a divinis" dijo.
El obispo de Albano también explica que el Vicariato no había excluido la oración de sufragio, de forma discreta y privada, "pero la ley canónica prohíbe el funeral, que es un acto litúrgico público, a los pecadores 'manifiestos' que no hayan dado signos de arrepentimiento".
Y al atardecer, en el barrio romano de Trastevere se realizó un cortejo silencioso con velas encendidas por las calles en donde fue el rastrillaje nazi. El evento fue organizado por la comunidad de San Egidio junto a la comunidad judía de la ciudad.