El Centro Televisivo Vaticano cumple 30 años y con motivo del evento se realizó hoy en la Asociación de Prensa Extranjera en Italia un encuentro. El santo padre envió un mensaje y precisó que no se trata solamente recordar los 30 años del CTV, pero de hacer algunas reflexiones.
“Quiero subrayar –dijo– que vuestro trabajo es un servicio al evangelio y a la Iglesia” y recordó que los documentos conciliares con una visión profética subrayaban «cuanto sea importante el uso de estos medios, de manera que como sal y luz fecunden y vivifiquen el mundo, llevando la luz de Jesucristo y contribuyendo al progreso de toda la humanidad”.
Reconoció entretanto que “en esta década la tecnología viajó a gran velocidad, creando inesperadas redes interconectadas y es necesario mantener la perspectiva evangélica en esta especie de autopista global de las comunicaciones”. Y que el beato Juan Pablo II al crear el CTV quiso: “favorecer una acción más eficaz de la Iglesia por lo que se refiere las comunicaciones sociales para ofrecer nuevos instrumentos comunes y desarrollar en el mundo el rol universal de la Iglesia”.
Puntualizó además que esta tarea de contar lo que sucede en la Iglesia “pide una responsabilidad particular” que permita “leer la realidad en clave espiritual”. Porque los eventos en la Iglesia responden a una lógica que no es la “la lógica de las categorías por así decir mundanas”. Porque es una tarea que ve la necesidad de tejer relaciones “con realidades diferentes en todo el mundo, de construir puentes, sobrepasar muros y fosos para llevar la luz del evangelio”.
El presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio María Celli, recordó que 30 años es una edad de plena madurez, pero no se trata de mirar hacia atrás sino el desafío hacia el futuro, en particular con el papa Francisco. Porque es un papa que además sus palabras enriquece su mensaje con los gestos. Cuando el papa está cerca de las personas de hoy y de quienes sufren y necesitan una ayuda. De manera que esto sea difundido en el contexto internacional. Las comunicaciones sociales deben ser, precisó ‘una promoción de una cultura del encuentro, del acercamiento’. Aseveró que es necesario ofrecer una imagen del papa en esta dimensión de encuentro y cercanía.
Por su parte la presidenta de la RAI (Radio y Televisión Italiana) Ana María Tarantola, definió el Centro Televisivo Vaticano como un punto de referencia para la comunicación religiosa en el mundo, de calidad. Consideró una conquista el saber acoger las oportunidades ofrecidas por la industria de la comunicación, en particular en los últimos 15 años, porque además se ha vuelto agencia que ofrece servicios. «Con una vocación de servicio, para difundir la labor del papa y conectar el centro de la cristiandad con el resto del planeta. Un instrumento prestigioso de difusión del mensaje de la fe».
“Tenemos algunos aspectos –puntualizó– que nos unen: archivar e informar, por ello la Rai es un huésped privilegiado en las relaciones con el CTV. Una relación que se consolidó al final de los años 90. Recordó los amplios espacios que la RAI da a los eventos del Vaticano, creando “un diálogo que enriquece a creyentes y no creyentes”.
Por su parte el presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia, Maarten Val Aaldreren, contó: “Cuando voy a Amsterdam el director de mi diario la primera cosa que me pregunta es : ¿Cómo está el papa? Porque quien piensa en Roma piensa en el papa. Y esto creo le sucede a todos los corresponsales y en todos los diarios”. Y recordó que a tal punto esto es así, que “en marzo, cuando eran las elecciones de un nuevo presidente de nuestra asociación, las atrasamos porque todos tenían otra cosa que hacer ante la renuncia y elección de un nuevo pontífice”.