Eran casi las 10 de la mañana cuando el santo padre llegó a la plaza subido al papamóvil. Desde primeras horas de la mañana, autobuses se detienen en los alrededores del Vaticano y los peregrinos buscan un buen sitio para intentar saludar al santo padre. A pesar de estar a finales del mes de octubre, el tiempo aún acompaña para que las audiencias se puedan seguir celebrando en la calle, sin necesidad de trasladarlas al Aula Pablo VI, donde el aforo es bastante más limitado. Esta mañana, según la agencia italiana ASCA, unas 100.000 personas han estado presentes en la audiencia general.
Mientas sonaban tambores y los globos que daban un toque de color a la plaza, Francisco ha recorrido las improvisadas calles que cada miércoles transita para saludar a los fieles que venidos de todo el mundo, quieren escuchar su catequesis. Hoy ha sido una reflexión sobre la Virgen María como modelo «de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la unión perfecta con Cristo.
Durante el recorrido, el obispo de Roma se ha bajado del jeep para saludar. Una vez para conversar con una anciana en silla de ruedas, con la que ha hablado durante unos minutos, en los que el papa la ha acariciado, dado su bendición e incluso con mucha ternura le ha colocado el sombrero. Un poco más adelante, un joven enfermo, también en silla de ruedas, ha tenido ocasión e intercambiar unas palabras con Francisco.
Saludando a los peregrinos polacos pidió que en este mes de octubre se rece «el rosario por la paz del mundo y el regreso a los valores evangélicos». El rabino argentino Mario Rojzman le regaló una kippá blanca tejida a mano con el nombre Francisco en español y en hebreo. Rojzman aseguró que «el papa está cambiando radicalmente la visión de las relaciones entre las religiones, derrumbando murallas y levantando puentes».
También estaba presente un grupo de sacerdotes llegados de Moscú, acompañados por el arzobispo Paolo Pezzi que declaró: «El papa Francisco y su testimonio está abriendo nuevos espacios de diálogo con los ortodoxos».
Durante sus palabras, en varias ocasiones el santo padre ha interrogado a los presentes y les animaba con gestos para que respondieran en voz alta y con energía.
El santo padre ha pronunciado las siguientes palabras en español al resumir la catequesis
«En la catequesis de hoy y siguiendo el Concilio Vaticano II, quiero reflexionar sobre María como modelo de la ‘Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la unión perfecta con Cristo’. Ella es modelo de la fe, no sólo porque como hebrea esperaba al redentor, y con su sí se adhiere al proyecto de Dios, sino porque desde ese momento de su vida se centra en Jesús.
Además lo hace desde la cotidianeidad de una mujer humilde que, sin embargo, vive inmersa en el misterio, y su sí, ya perfecto desde el inicio, crece hasta la cruz, en la que su maternidad abraza a todos. Y es modelo de caridad, como vemos en la Visitación, pues ella no sólo ayuda a su prima, sino que le lleva a Cristo, la perfecta alegría que viene del Espíritu y se manifiesta en un amor oblativo.
Es modelo también de unión con Cristo, sea en su tarea cotidiana, sea en el camino de la cruz, hasta unirse a Él en el martirio de corazón. Y ahora preguntémonos: ¿cómo nos interpela la figura de María?, ¿la vemos lejana?, ¿acudimos a ella en la prueba?, ¿somos capaces, como ella, de amar dándonos totalmente?, ¿nos sentimos unidos a Jesús, según su ejemplo, en una relación constante o sólo nos acordamos de Él en la necesidad?»
Al finalizar las despedidas en diversos idiomas, el santo padre ha seguido saludando, primero a los obispos presentes, con los que ha intercambiado con afectuosos abrazos y algunos han aprovechado para entregarle algún regalo. Después ha bajado la rampa del palco, y ha comenzado acercándose a los enfermos, a las parejas de recién casados y demás personas que se encontraban en las primeras filas.