El valor de la oración por nosotros y por los hermanos ha sido la idea sobre la que se ha centrado el santo padre en la homilía de esta mañana en Santa Marta.
El papa Francisco ha comenzado reflexionando sobre el pasaje del evangelio de Lucas donde se narra la elección de los doce apóstoles por parte de Jesús. Es un día «un poco especial por la elección de los apóstoles», ha dicho el santo padre. Una elección – ha añadido – que sucede solo después de que Jesús ha rezado al Padre «Él solo». Así ha explicado Francisco que cuando Jesús reza al Padre está solo con Él. Después se encuentra junto a sus discípulos y elige a los doce a los que llama apóstoles. De este modo, el santo padre ha señalado tres momentos que caracterizan la jornada: Jesús que pasa «una noche entera rezando al Padre» en el monte; Jesús entre sus apóstoles; Jesús entre la gente.
Apoyándose en este fragmento del evangelio, el pontífice ha explicado que la oración es el punto central: Jesús reza al Padre porque con Él tenía intimidad; le reza por la gente que iba a encontrarlo y le reza también por los apóstoles.
Para ayudar a comprender mejor el sentido de la oración de Jesús, Francisco ha recordado «aquel bonito discurso después de la cena del Jueves Santo, cuando reza al Padre diciendo: Yo rezo por estos, los míos; pero también rezo por todos, también por los que vendrán y creerán».
La oración de Jesús es universal, aunque es también una oración personal, ha matizado el papa, y ha manifestado su deseo de que todos miremos a Jesús que reza.
Por eso el papa se ha preguntado que si Jesús rezaba en aquel tiempo, sigue rezando ahora. A lo que ha contestado que sí, «lo dice la Biblia». Ha explicado que «es el intercesor, el que reza», y reza al Padre «con nosotros y delante de nosotros. Jesús nos ha salvado. Ha hecho esta gran oración, el sacrificio de su vida para salvarnos. Estamos justificados gracias a Él. Ahora se ha ido. Y reza».
Sobre Jesús, el santo padre ha recordado que «es una persona, es un hombre con carne como la nuestra, pero en gloria. Jesús tiene las llagas en las manos, en los pies, en el costado. Y cuando reza hace ver al Padre el precio de la justificación y reza por nosotros. Es como si dijera: Padre, que no se pierda esto». El papa Francisco ha continuado indicando que «por esto, cuando rezamos decimos: por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo. Porque Él es el primer en rezar, es nuestro hermano. Es hombre como nosotros. Jesús es el intercesor».
Al respecto, el santo padre ha hablado de las veces que pedimos oración entre nosotros: «reza por mí, ¿eh?» Algo bueno, porque debemos rezar unos por otros, ha recordado Francisco. Así, ha invitado a que pidamos a Jesús «reza por mí, tú que eres el primero de nosotros, tú reza por mi. Seguro que reza; pero dile: «Reza por mí Señor, tú eres el intercesor». Esto demuestra una gran confianza, ha señalado Francisco.
Para finalizar la homilía, el obispo de Roma ha subrayado: «pensamos mucho en esto y damos las gracias al Señor, damos gracias al hermano que reza con nosotros y reza por nosotros, intercede por nosotros. Y hablemos con Jesús. Digámosle: Señor, tú eres el intercesor, tú me has salvado, me has justificado, pero ahora reza por mí». Y ha exhortado a que le confiemos a Jesús nuestros problemas y nuestra vida, para que Él lo lleve al Padre.
Fuente: Osservatore Romano