En la presentación del Año de la Vida Religiosa que realizó este viernes por la mañana el cardenal Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedad de Vida Apostólica y Mons. José Rodríguez Carballo, secretario de dicha congregación, respondieron a diversas preguntas de los periodistas presentes en la Sala de Prensa del Vaticano.

El significado del profundo sentido de renovación de la vida consagrada que significará el Año de la Vida Consagrada, como indicado por el cardenal brasileño poco antes, fue la pregunta de ZENIT en español, a lo que el prelado indicó "la necesidad de hablar de acuerdo con la cultura actual sin perder por ello los valores evangélicos".

“Si miramos la Biblia entenderemos que Dios ha hablado al hombre y a la mujer de cada tiempo con un lenguaje diverso y adaptado al tiempo. Así ha hablado, a Abraham, a Moisés, a David, y finalmente lo hizo a su Hijo Jesús, escuchando el tiempo preciso de esa cultura de ese momento”.

Con ese cuadro de fondo precisó: “Sabemos que estamos viviendo un momento de grandes cambios, no iguales a los de otros momentos de la historia, pero que van orientando la historia hacia otros horizontes”. Por ello “la vida consagrada tiene que mirar no solamente a cuanto ha construido sino también mirar y escuchar a este hombre de hoy y adaptarse, sin perder por ello los valores evangélicos”.

Recordó que el ideal más grande de esta renovación fue indicado por el Concilio, si bien aún no fueron actuadas todas las metas y algunas se están concretizando. Y como profundización teológica y práctica precisó: “Existen además indicaciones teológicas nuevas, que hoy ayudan mucho”. Y por ejemplo “delante del fenómeno de la globalización es necesario apuntar a una espiritualidad de comunión”.

Las defecciones de vida consagrada y quienes consideran el Vaticano un punto de crisis, esta fue la pregunda de Cindy Wooden de CNS.

Mons. Carballo respondió indicando que existen luces y sombras como en todo lo que es humano, “esta memoria no olvidará estas sombras pero más allá de las sombras, consideramos que el Concilio fue un soplo del Espíritu Santo y es el punto de partida para una profunda renovación de vida consagrada y para que esta reafirme su significado evangélico”. Y añadió que “el Año de la Vida Consagrada reafirmará la plena actualidad del Concilio”.

Sobre la visita a las religiosas de EE.UU precisó que se está trabajando en una relación final, que pronto será hecha pública, probablemente, antes del Año de la Vida Consagrada. Y que en cambio el comisariado del encargado papal esto está prosiguiendo con el obispo de Seattle.

La sinceridad del religioso fue un particular que añadió el prelado, precisando que “en esta estación en que se publican con gran facilidad los errores de la Iglesia y de sus miembros”, esta puerta nos puede ayudar a “reconocer los propios errores, como un principio de sabiduría”. La gente quiere saber “que no hay dos caras”, y añadió: “Hay que salir de la convicción de creer que quien es consagrado entra en estado de perfección”, porque “una madre de familia podría ser más perfecta que un consagrado”.