Ser «conciencia crítica de la nación», anunciar el Evangelio de la misericordia y hacer que el anuncio sea comprensible en las «lenguas locales». Estos han sido los tres puntos sobre los que el Papa Francisco ha confiado el compromiso pastoral de los obispos de Timor Oriental, en el discurso que les ha entregado esta mañana con ocasión de la Visita ad Limina.
500 años de Evangelio son una larga historia de fe y, en un continente como Asia donde la Iglesia está generalmente hecha de comunidades escasas, el 97 por ciento de los bautizados que pueblan la isla de Timor Oriental representan de forma rotunda los «frutos» sembrados hace siglos.
La Iglesia pide en la sociedad solo una cosa, dice en el discurso: «la libertad de anunciar el Evangelio de una manera íntegra, incluso cuando va contra corriente de los valores actuales… vosotros, queridos hermanos, no tengáis miedo de hacer esta contribución a la Iglesia para el bien de toda la sociedad». Pero si no existe la piedad, continúa el Papa, «hoy en día hay pocas posibilidades de entrar en un mundo de “heridos” que necesitan comprensión, perdón, y amor. Por esto no me canso de llamar a toda la Iglesia a la ‘Revolución de la Ternura’.
El Santo Padre les ha animado “sin disminuir el valor del ideal evangélico a controlar, con misericordia y paciencia, el potencial de crecimiento de los pasos, que se realizan día a día y prestar atención a este desafío con una sólida formación de los sacerdotes, religiosos y fieles laicos”. Asimismo, Francisco ha añadido que no se pretende solo una evangelización especializada ya que hay que hacer de cada cristiano un protagonista porque “si una persona experimenta verdaderamente el amor de Dios que salva, no tardará mucho tiempo en salir a proclamarlo, no esperará a que le den grandes lecciones o instrucciones. Cada cristiano es un misionero en la medida en la que encuentra el amor de Dios en Jesucristo», en todos los bautizados, ha explicado, «es el Espíritu el que lleva a evangelizar».
Por otro lado ha observado que «si en los varios contextos culturales de Timor Oriental la fe y la evangelización no son capaces de hablar de Dios, de anunciar la victoria de Cristo sobre el drama de la condición humana, de abrir espacios al Espíritu renovador, es porque no están suficientemente vivas en los fieles cristianos, que necesitan de un camino de formación y de maduración». Por tanto, ha precisado, «todo ello implica una serie de desafíos para permitir una compresiónmás fácil de la Palabra de Dios y una mayor recepción de los sacramentos. Pero un desafío no es una amenaza. La conciencia misionera hoy presupone que se poseen el valor humilde del diálogo y la convicción firme de presentar una propuesta de plenitud humana en nuestro contexto cultural».
Finalmente, el Santo Padre explica en el discurso el triple lugar que el obispo debe desempeñar con sus fieles: al frente, para mostrar el camino a su pueblo, en el centro para mantenerlo unido y neutralizar estampidas, y detrás, para que nadie llegue tarde o se extravíe. «En cualquier caso, sed hombres capaces de sostener, con amor y paciencia, los pasos de Dios en su pueblo y valorizad todo lo que le mantenga unido, teniendo cuidado con los posibles peligros, pero sobre todo haced crecer la esperanza: ¡que haya sol y luz en los corazones!»