La misa negra programada para ayer por la tarde en la Universidad de Harvard, fue cancelada, según indicó el periódico de la escuela, The Harvard Crimson. En los últimos días se despertó la polémica por este ritual organizado en la Universidad propuesta por una organización estudiantil independiente, la Harvard Extension Cultural Studies Club.
La misa negra debía comenzar a las 8:30 p.m. en una instalación dentro del campus. Tras una avalancha de críticas, los organizadores anunciaron que trasladarían el evento a un lugar fuera del campus. Pero finalmente no se realizó.
La presidenta de la Universidad de Harvard, Drew Faust, defendió la decisión de permitir la «misa negra» en el campus, en nombre de la «libertad de expresión», aunque reconoció que es «altamente ofensivo» para los miembros de la Iglesia Católica.
Asimismo reconoció que la «misa negra» tuvo sus orígenes históricos, como medio para denigrar a la Iglesia Católica; se burla de un evento profundamente sagrado en el catolicismo, y es altamente ofensivo para muchos en la Iglesia y no sólo.
Incluso Faust llegó a decir que la decisión de estos estudiantes de organizar la «misa negra» era «repugnante» y agregó que «representa una afrenta a los valores fundamentales de la inclusión, la pertenencia y el respeto mutuo que se deben definir a nuestra comunidad «.
Sin embargo, explicó que “de acuerdo con el compromiso de la Universidad con la libre expresión, incluyendo las expresiones que nos pueden ofender profundamente, la decisión de proceder es y será suya (del club que organiza el acto)” Faust afirmó que “la realización de una ‘misa negra’ planificada por un grupo afiliado con la Escuela de Extensión de Harvard nos desafía a reconciliar la libre expresión en el corazón de una universidad con nuestro compromiso de generar una comunidad basada en la civilidad y el entendimiento mutuo”.
Finalmente, la presidenta de la Universidad indicó que «para reafirmar nuestro respeto por la fe católica en Harvard» y «para demostrar que la respuesta al discurso ofensivo no es la censura sino el discurso razonado y el disentimiento robusto”, participaría en la Hora Santa organizada por la archidiócesis.
Por su parte, la archidiócesis de Boston mostró su desagrado por las «misas negras» programadas para el día de ayer en el campus de la Universidad de Harvard.
En un comunicado, la comunidad católica de la archidiócesis expresaba la «profunda tristeza» y «fuerte oposición», reafirmando también el «claro magisterio» de la Iglesia «sobre el culto satánico»: «Esta actividad separa a las personas de Dios y de la comunidad humana, es contraria a la caridad y al bien, y pone que a aquellos que participan peligrosamente cerca a obras del mal destructivo».
La declaración de la archidiócesis también recordaba las reciente palabras del papa Francisco sobre Satanás, donde avisaba del «peligro de ser ingenuos y de tomar a la ligera el poder de Satanás, cuyo mal está demasiado a menudo trágicamente presente entre nosotros».
De este modo, la archidiócesis anunció la hora de adoración eucarística reparadora y pidió a «todos los creyentes y las personas de buena voluntad a unirse en oración por aquellos que están implicado en el evento, que podrían darse cuenta de la gravedad de sus acciones, así como pedir a Harvard desvincularse de esta actividad».