El atentado de las Torres gemelas, 13 años después

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Una escalada de violencia, que Francisco definió como la ‘tercera guerra mundial en etapas’, y delante de la cual realizó grandes gestos simbólicos de paz

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«Un día tenebroso en la historia de la humanidad, una  terrible afrenta contra la dignidad del hombre». Con estas palabras definió san Juan Pablo II, los atentados a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001. Al día siguiente del hecho, el Santo Padre, durante la audiencia general de los miércoles expresó su «profundo dolor por los ataques terroristas» y a todos los ciudadanos americanos les manifestó su más sentido pésame. El papa polaco afirmó que «ante acontecimientos de un horror tan incalificable no podemos menos de quedar profundamente turbados». Y se unió a «cuantos en estas horas han expresado su indignada condena, reafirmando con vigor que los caminos de la violencia nunca llevan a verdaderas soluciones de los problemas de la humanidad».

Una tragedia que también tuvo presente Benedicto XVI en el viaje a Estados Unidos, donde tuvo ocasión de rezar en el lugar de los hechos, conocida ahora como zona 0. «Dios de la paz, concede tu paz a nuestro violento mundo: paz en los corazones de todos los hombres y mujeres y paz entre las naciones de la tierra. Lleva por tu senda del amor a aquellos cuyas mentes y corazones están nublados por el odio», pidió el papa emérito. Asimismo, se dirigió a «Dios de comprensión, abrumados por la magnitud de esta tragedia, buscamos tu luz y tu guía cuando nos enfrentamos con hechos tan terribles como éste. Haz que aquellos cuyas vidas fueron salvadas vivan de manera que las vidas perdidas aquí no lo hayan sido en vano».

Ya han pasado 13 años desde aquel día en el que Nueva York sufrió uno de los días más tristes de su historia. 3 mil fallecidos y 6 mil heridos fue el balance del atentado terrorista cometido por Al-Qaeda. Este grupo terrorista nació a mediados de los años 80. El 23 de febrero de 1998, Bin Laden construye el Frente Islámico Mundial para la Yihad contra judíos y cruzados.

La respuesta estadounidense al 11 -S no tardó en llegar, el 7 de septiembre comenzó en Afganistán la «Operación Libertad Duradera» por parte del ejército de Estados Unidos. El objetivo declarado de la invasión era encontrar a Osama Bin Laden y otros dirigentes del grupo terrorista para juzgarles y terminar con el Emirato Islámico de Afganistán. 

Se siguió la guerra en Irak contra las ‘armas químicas’ nunca encontradas de Saddam Hussein. El resultado es más que discutible, con miles de muertos y un éxodo de cristianos de Oriente Medio. Le siguieron los atentados de 11 de marzo de 2004 en Madrid y el 7 de julio de 2005 en Londres. 

Solo 10 años más tarde, el 2 de mayo del 2011 fue el presidente Barack Obama quien anunció la muerte del terrorista Bin Laden por un comando de fuerzas especiales en una localidad cercana a la capital de Pakistán.

Le siguió la ‘primavera árabe’ que pronto se transformó en un invierno, y la guerra en Siria. 

Este año, el 13 aniversario del atentado terrorista de las Torres Gemelas llega en medio de un nuevo terror provocado por las milicias del Estado Islámico y las violencia que está sembrando desde hace meses en el norte de Irak.  El pasado mes de junio, los militantes extremistas del Estado Islámico (EI) tomaron Mosul, la segunda ciudad más importante de Irak. Desde entonces, miles de personas pertenecientes a las minorías religiosas están siendo perseguidas, expulsadas y asesinadas.

Desde el inicio de su pontificado, el Santo Padre Francisco ha clamado en multitud de ocasiones por la paz: desde la vigilia de oración en la plaza de San Pedro, a las diversas veces durante el viaje a Tierra Santa y con el histórico abrazo en la explanada del Muro de los lamentos con un rabino y un jeque; así como en el encuentro de oración por la paz en el Vaticano con los presidentes de Israel y Palestina. 

Una escalada de violencia que el santo padre Francisco definió como la Tercera guerra mundial, sólo que por etapas, pero delante de la cual nunca ha aceptado la violencia como una salida delante de la violencia.

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Staff Reporter

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