La Marcha por la Vida de París partirá este domingo, 25 de enero, con el apoyo del santo padre Francisco. De este modo, el Pontífice ha enviado a los organizadores un mensaje dirigido al nuncio apostólico en el país, monseñor Luigi Ventura.
Tal y como se ha publicado en la página web del Consejo Pontificio para la Familia, “haciendo referencia al discurso dirigido a los miembros de la Asociación de los médicos católicos italianos, recibidos en audiencia el pasado 17 de noviembre, el Pontífice recuerda que ‘la vida humana es siempre sagrada, válida e inviolable, y como tal es amada, defendida y cuidada’”. Por tanto, prosigue monseñor Ventura, “más allá de una legítima manifestación en favor de la vida humana, el Santo Padre anima a los participantes a la Marcha por la Vida a trabajar sin descanso por la edificación de una civilización del amor y de una cultura de la vida”.
La Marcha por la Vida, como cada año, da voz a los ciudadanos que, según explican los promotores “pretenden manifestar su oposición al desequilibrio bioético comenzado con la ley sobre el aborto y recordar que el principio del respeto de la vida humana funda nuestra civilización”.
Para más información: www.enmarchepourlavie.fr
El Papa en las últimas semanas ha hablado en varias ocasiones sobre la familia, la vida y los hijos como un regalo.
El pasado 28 de diciembre, en un encuentro con familias numerosas, indicó a los presentes que “cada uno de vuestros hijos es una criatura única, que no se repetirá jamás en la historia de la humanidad. ¡Cuando se comprende esto, es decir que cada uno ha sido querido por Dios, uno se sorprende ante el gran milagro que es un hijo!” Asimismo aseguró que “la familia numerosa es una escuela de solidaridad y de convivencia; y estas actitudes luego van en beneficio de toda la sociedad". Por otro lado agradeció a los padres presentes “el ejemplo de amor a la vida, que ustedes cuidan desde la concepción hasta el fin natural, a pesar de todas las dificultades y lo pesado de la vida, y que lamentablemente las instituciones públicas no siempre los ayudan a llevar adelante”.
En el citado encuentro con los médico católicos de Italia, afirmó que el aborto es un problema científico “porque allí hay una vida humana, y no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema”. Y sobre la eutanasia advirtió que “todos sabemos que con tantos ancianos en esta cultura del descarte se hace esta eutanasia escondida, y también esta la otra”. Y esto es decir, --precisó-- el final de la vida lo hago yo. Pecado en contra de Dios creador.