Papa Francisco prefecto apostólico Mongolia

Monseñor Giorgio Marengo (C) Facebook. Consolata Misiones

Así es la Mongolia que visita el Papa: cardenal más joven del mundo cuenta la Iglesia en un país budista

El cardenal más joven del mundo y obispo de toda Mongolia habla sobre diferentes aspectos de la Iglesia y su relación con las instituciones mongolas, sobre el mongol en general y el trabajo de la Iglesia católica en el país.

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(ZENIT Noticias / Ulan Bator, 31.08.2023).- Con el viaje apostólico a Mongolia el Papa Francisco inicia, por así decir, el ciclo 2023-2024 para el Papa Francisco. El Papa se dirige a un país de mayoría budista, con una gran extensión de territorio y bordeado en una de sus partes por Rusia y por otra por China. Hay quien ha visto en estas dos fronteras el pretexto real del Sumo Pontífice para visitar a una de las comunidades de católicos más pequeñas del mundo.

Pero, ¿cómo vive la Iglesia católica en Mongolia? Lo contó a Mondo e Missione el cardenal más joven del mundo y que es también el obispo de Mongolia: Giorgio Marengo.

Sobre la relación de la Iglesia con las instituciones dice: «Desde el principio ha sido buena y seguimos cultivándola en el diálogo con las autoridades a nivel local y nacional, sobre todo a la hora de explicar qué es la Iglesia católica alejándonos de ciertas simplificaciones: como herencia del socialismo sigue habiendo cierto recelo hacia la religión. En cambio, queremos dejar claro que representamos un socio fiable para el Estado, no una amenaza. Para ello nos basamos en la belleza del pasado mongol: ya en los tiempos del imperio fundado en 1206 por Gengis Kan había cierta tolerancia y existían cristianos nestorianos. El franciscano Giovanni da Pian del Carpine fue el primer occidental que pisó la capital imperial, Karakorum: un hecho conocido en el mundo de la cultura, entre historiadores y arqueólogos, pero no a nivel de «conocimiento popular».

Mons. Giorgio Marengo. Foto: Vatican Media

El cardenal Marengo no es mongol. Es italiano. Sin embargo desarrolla su ministerio en medio de una población local. Preguntado acerca de lo que le llama la atención del mongol dice: “Está llena de riqueza humana, espiritual y cultural. Admiro mucho la resistencia de los mongoles, acostumbrados a soportar tantos extremos, tanto climáticos como geográficos: han interiorizado esta capacidad de soportar los golpes de la vida y han madurado una gran sabiduría, transmitida de generación en generación. Y tienen una marcada sensibilidad hacia el dato religioso».

Como mencionamos, Mongolia es un país de poco más de 3 millones de habitantes y la mayoría de ellos son budistas aunque también tiene mucho chamanismo. Así es como el arzobispo de Ulan Bator describe la espiritualidad del mongol: «Formada por el chamanismo y el budismo, con una serie de símbolos, un arte figurativo, un patrimonio musical que setenta años de rígido comunismo no han conseguido erradicar. Ni siquiera con la violencia: Mongolia es el país budista con mayor número de mártires, unos quince mil monjes masacrados durante las terribles purgas socialistas. En general, para los mongoles, la vida no puede interpretarse únicamente en función de lo que es «visible, palpable y calculable».

Centrándose en el rostro de la Iglesia mongola el cardenal Marengo cuenta que “Su belleza es la frescura en la fe: los cristianos, todos de primera o segunda generación, abrazan la Palabra de Dios y buscan genuinamente vivir a su luz». El Papa Francisco, hablando a los obispos de Asia Central, utilizó la imagen del «retoño en la estepa»: una Iglesia naciente que requiere de nosotros, los misioneros, un cuidado especial, profundidad, compromiso».

Católicas de Mongolia. Foto: eguur.mn

No obstante ser una comunidad católica pequeña deben estar en diálogo con el budismo. Sobre los espacios de diálogo entre católicos y budistas cuenta que “Son muchos. Nuestro primer obispo, monseñor Wenceslao Padilla, ya estaba comprometido en este sentido, y para nosotros los misioneros el diálogo es uno de los aspectos centrales de nuestra presencia. En los últimos años, además, he experimentado un crecimiento de las relaciones a nivel oficial: hoy existe un grupo interreligioso que incluye católicos, evangélicos, mormones, budistas, pero también musulmanes, bahai y un exponente judío. Con el budismo sigue existiendo un canal privilegiado, del que da testimonio también la primera visita oficial al Vaticano, el año pasado, de un representante de Mongolia».

Finalmente, hablando sobre evangelización, el cardenal Marengo explica que “El 70% de la actividad de la Iglesia es obra social, pero a través de esta atención al prójimo con el espíritu evangélico, que es el de la gratuidad, intentamos encarnar el mensaje de Jesús, para que la gente lo reconozca”. Y sobre la inserción del mensaje en la cultura local concluye: “El primer vehículo es la lengua, utilizada para la celebración. Luego vivimos los momentos clave de la existencia, como el nacimiento y la muerte, intentando integrar elementos de la tradición en la liturgia, con la ayuda de los fieles mongoles. También estamos repensando la música, con instrumentos locales. Y hay innumerables ejemplos de apertura a la cultura indígena”.

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Valentina di Giorgio

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