(ZENIT – 28 enero 2019).- La Jornada Mundial de la Juventud Panamá 2019 superó las expectativas pensadas para un evento de esta envergadura en la región centroamericana.
El balance realizado esta tarde por Mons. José Domingo Ulloa, Presidente del Comité Organizador Local (COL), Víctor Chang, Secretario Ejecutivo del COL, y el P. Alexandre Awi Mello, Secretario General del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida del Vaticano, arrojó resultados positivos. Entre ellos, la participación de más de 700.000 personas en la misa conclusiva de la JMJ.
El ambiente de alegría en todos los panameños y los retos superados en el ámbito logístico fueron las principales acotaciones resaltadas por Mons. Ulloa, además de la alegría del Papa Francisco al ser recibido, en propias palabras del pontífice, por un “pueblo noble”.
Monseñor destacó que la experiencia de Panamá ha dejado ver la grandeza de la unión por un interés común y demuestra que para ningún país pequeño será imposible realizar un evento como este, por lo que ha reiterado su mensaje de “no tengan miedo” a los nuevos anfitriones de la próxima JMJ en el 2022, en Lisboa.
El agradecimiento de parte de la Iglesia católica panameña se extiende a toda la población local por comprometerse en este proyecto, inclusive a aquellos que no creyeron fuera posible y que luego contribuyeron mostrando lo mejor de su cultura, a través del encuentro con los peregrinos de los cinco continentes.
De igual manera, el Arzobispo de Panamá ha manifestado su agradecimiento al Gobierno Nacional y a todos los estamentos de seguridad, salud y a quienes garantizaron el éxito de esta JMJ. Así también agradeció a los más de 3.000 miembros de la prensa acreditados a través del Centro de Prensa Internacional, quienes hicieron llegar la buena nueva a todo el orbe desde esta capital mundial de la juventud.
Según Mons. Ulloa, tres dimensiones que impactaron positivamente al Santo Padre fueron la realización del primer Encuentro Mundial de la Juventud Indígena, el cuidado de la naturaleza a través de una conciencia ecológica en la realización de los procesos y la participación de la comunidad de afrodescendientes.
El P. Awi Mello dio un «gracias gigante» a los organizadores y a los panameños en nombre de su Dicasterio, añadiendo que se han «superado las expectativas». Como ejemplo, señaló que la participación en la JMJ ha representado un 20% de la población del país. «Hay que darse cuenta de la magnitud de este evento», dijo.
En este sentido, añadió Víctor Chang, lo importante no es la «medida cuantitativa, que es muy fría, sino la cualitativa».
El reto que queda para la Iglesia panameña y de toda la región, ha dicho el presidente del COL, es continuar capitalizando el potencial de los jóvenes hacia una Iglesia que siempre manifieste su “hágase” en la construcción de una “Iglesia en salida y del encuentro”, como modelo para la sociedad y el mundo.
Finalmente, el Arzobispo de Panamá destacó la «sencillez de padre y de hermano mayor» del Papa, y añadió un detalle significativo de la vida de estos días junto al Santo Padre: «Empezábamos siempre rezando».