Juan Pablo II y sus colaboradores oran por el futuro rostro de Europa

A propuesta del predicador de la Casa Pontificia, el padre Cantalamessa

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CIUDAD DEL VATICANO, 12 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Al término de la segunda meditación de Adviento que este viernes ofreció el padre Raniero Cantalamessa, Juan Pablo II y sus colaboradores de la Curia romana se unieron en una oración por Europa, cuyo futuro se decide en estos momentos.

El predicador de la Casa Pontificia invitó al Santo Padre y a todos los presentes en la capilla «Redemptoris Mater» del Palacio Apostólico Vaticano, a unirse en esta oración:

«Espíritu Santo, Tú que intercedes en el corazón de los creyentes con gemidos inenarrables, llama al corazón de tantos de nuestros contemporáneos que viven sin Dios y sin esperanza en este mundo».

«Ilumina la mente –siguieron orando– de aquellos que en este momento están delineando la fisonomía futura de nuestro continente; hazles comprender que Cristo no es una amenaza para nadie, sino hermano de todos».

«Que a los pobres, a los pequeños, a los perseguidos y a los excluidos de la Europa de mañana no les sea quitada, con culpable silencio, la garantía que hasta ahora más les ha defendido del arbitrio de los grandes y de la dureza de la vida: el nombre del primero de ellos, ¡Jesús de Nazareth!», concluyeron.

El borrador del futuro Tratado constitucional europeo, que presentó el miércoles pasado el gobierno italiano, omite las raíces cristianas de Europa, según lo confirmó el ministro de Asuntos Exteriores de ese país, presidente semestral de la Unión Europea, Franco Frattini.

Entre este viernes y el sábado, la presidencia semestral italiana de la UE presenta el documento en la cumbre de Bruselas para la decisión directa de los jefes de gobierno.

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ZENIT Staff

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