CIUDAD DEL VATICANO, 16 diciembre 2003 (ZENIT.org).- El cardenal Renato R. Martino, presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz considera que «es deseable que el proceso a Sadam Hussein se haga en sedes apropiadas».
El purpurado italiano lo afirmó este martes en la Sala de Prensa del Vaticano al presentar el mensaje de Juan Pablo II para la próxima Jornada Mundial de la Paz, el 1 de enero de 2004.
El cardenal Martino no especificó a qué tipo de sede se refería, aclarando que
«la Santa Sede es observadora y no puede decir: «juzgadlo en este tribunal o
en este otro»». Se limitó a repetir en el transcurso de la rueda de prensa la fórmula «sedes apropiadas».
El mensaje papal para la Jornada Mundial de la Paz se convierte en una enérgica defensa del papel del derecho internacional para la paz en el actual escenario internacional.
En referencia a los rumores que contemplan la posibilidad que Sadam Hussein
fuera sometido a la pena de muerte, el cardenal Martino ha reiterado que «el
Santo Padre se ha expresado varias veces contra la pena de muerte».
El cardenal Martino señaló que «la Unión Europea ha abolido la pena de
muerte, y los tribunales internacionales sobre Ruanda y la antigua Yugoslavia
tampoco la prevén».
Señaló que durante sus 16 años en que fue observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas ya se expresó en varias ocasiones en contra de la pena capital.
Para el recién nombrado cardenal, experto en relaciones internacionales, es deseable que la captura y el proceso a Sadam Hussein «contribuyan a la pacificación y a la democratización de Irak».
Aunque es «ilusorio» pensar que «la liberarán de la derrota de la humanidad que es siempre la guerra», reconoció.
«Ver a Sadam Hussein me ha producido compasión» confesó el cardenal Martino, quien espera que ahora «se hayan clarificado algunas cuestiones, aunque no estamos ante la solución completa a los problemas» que plantea el terrorismo.
Por ello, invitó a leer especialmente el apartado número ocho dedicado al terrorismo en el mensaje escrito por el Papa para la Jornada Mundial de la Paz.
«Se pueden eliminar mil terroristas, pero si no se eliminan las causas del terrorismo, lo seguiremos teniendo siempre», advirtió Martino.
Terminó su alocución con la misma conclusión del texto del Papa: «Superar la simple lógica de la justicia y abrirse a la del amor y el perdón».
«Es difícil aceptarlo, pero es nuestro mensaje cristiano», aseveró.