BELÉN, 12 dic 2000 (ZENIT.org).- El alcalde de Belén hizo ayer un llamamiento para que los cristianos celebren la Navidad en esta ciudad venerada, a pesar de la violencia que se experimenta ya desde hace varias semanas en la región.
«Pedimos a los peregrinos que vengan en esta fecha porque los rumores sobre la cancelación de las Navidades en Belén son ridículos», dijo el alcalde Hanna Nasser en declaraciones publicadas por la agencia Reuters.
Unas once semanas después del inicio de la rebelión de los palestinos, y después de que varios centenares de personas hayan sido asesinados, los hoteles en la ciudad en que nació Jesús están vacíos, las tiendas que venden recuerdos desiertas y los autobuses turísticos brillan por su ausencia.
Soldados israelíes bloqueaban las carreteras en la ciudad como parte del plan de cierre de pueblos palestinos. Se trata de una medida calificada por el Estado judío como de necesaria por razones de seguridad, después de que se hayan verificado varios ataques con bombas. Los palestinos, sin embargo, consideran que estas medidas son simple represalias.
Nasser reconoció que las celebraciones navideñas de este año serían modestas: «Hay una atmósfera triste sobre Belén pero vamos a celebrar las Navidades –en una forma más discreta (que la norma)».
«Quiero decirles a los peregrinos que pueden venir aquí a rezar. Creo que los que están interesados no tendrán miedo».
Belén es «segura y está protegida» aseguró.
En los últimos días ga habido feroces enfrentamientos en las afueras de la ciudad, cerca de la Tumba de Raquel –que de acuerdo con la tradición es el lugar de nacimiento de la matriarca bíblica. Ayer, lunes, Belén estaba de luto por un joven que fue asesinado a tiros por soldados israelíes.
Nasser considera que vendrán unas 13.000 personas con motivo de las celebraciones que tendrán lugar en la Plaza del Pesebre y en la Iglesia de la Natividad. El templo está construido sobre una cueva considerada como el lugar del nacimiento de Jesús.
Está previsto colocar un gran árbol de Navidad iluminado en la Plaza del Pesebre. Como es costumbre, se celebrará una misa en la iglesia, el 24 de diciembre, y las procesiones de peregrinos partirán de la plaza entonando villancicos.
El alcalde admitió que la ciudad ha perdido millones de dólares desde que comenzó la rebelión palestina el pasado septiembre (Intifada), pero no ofreció cifras.
