Los musulmanes franceses prefieren los colegios católicos

Consideran que es más abierta y tolerante que la estatal

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PARÍS, 19 dic 2000 (ZENIT.org).- En Francia, donde la «minoría» musulmana alcanza ya los cuatro millones de habitantes –la mitad de ellos con pasaporte francés–, ha surgido un nuevo fenómeno educativo: algunos padres de religión musulmana prefieren enviar a sus hijos a las escuelas católicas.

Según un informe publicado por Simona Serafini en el diario «Avvenire», en Francia se está dando un movimiento de los alumnos de religión musulmana hacia las escuelas católicas «por ser más tolerantes que las instituciones estatales».

Uno de los padres entrevistados por el estudio ha argumentado que «los valores espirituales, el respeto a Dios y a los demás, son cosas que no encontramos en las escuelas públicas». Por este motivo, este padre musulmán lleva a sus hijos a una escuela católica de Marsella.

En Marsella, la ciudad francesa con el mayor número de habitantes musulmanes, la escuela católica de Saint-Mauront cuenta con 104 alumnos, la mitad de ellos franceses, pero todos hijos de extranjeros. El 90% son musulmanes. Algunos no hablan francés y tienen que asistir a cursos especiales. Algunas niñas han sido expulsadas de escuelas públicas por llevar el shador (el velo islámico) en nombre de la laicidad de la educación que prohíbe todo signo exterior de pertenencia confesional.

Otro de los argumentos citados por este estudio presenta un curioso fenómeno entre algunos de los musulmanes que quieren la integración de sus hijos en la sociedad en la que viven: «Prefiero que mis hijos vayan a una escuela católica que a una escuela coránica. De hecho, la mayor parte de los líderes religiosos islámicos no habla francés, y su Islam, importado de las zonas rurales del Magreb, no se adapta a la realidad en la que vivimos. Por el contrario, en una escuela católica, los chicos tienen una posibilidad mayor de integrarse. Además, ¿no es verdad que musulmanes y cristianos creen en un único Dios «que ha creado el mundo y conduce a sus criaturas a la perfección?», argumenta el progenitor.

Muchos de los padres de cultura islámica están convencidos de que la escuela católica, a diferencia de la escuela estatal pública que ignora y desprecia el hecho religioso, puede ayudar a sus hijos a aceptar y entender su origen y tradición cultural y religiosa e integrarlas así como parte esencial en su vida cotidiana.

El estudio publicado por «Avvenire» cita el caso de Alina, una joven argelina que de pequeña fue a un colegio de monjas en su país de origen: «He matriculado a mi hijo en una escuela católica porque se le da un mejor seguimiento y recibe una buena educación».

Ante este nuevo fenómeno, las escuelas católicas han comenzado un período de reflexión para acoger mejor a estos alumnos. Con este motivo, los obispos publicaron hace dos años un documento que lleva por título «Católicos y musulmanes, un camino de encuentro y de diálogo». Los principios fundamentales son dos: en primer lugar, testimoniar la fe católica evitando el proselitismo; en segundo lugar, profundizar en las raíces culturales y religiosas de cada uno para preparar a los jóvenes a trabajar juntos por el bien común.

El padre Benoit Rivière, vicario episcopal de Marsella, señala que «la escuela tiene que enseñar la convivencia entre religiones: es la única manera de que el diálogo lleve a la consolidación del propio credo».

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ZENIT Staff

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