PORTO, 28 ene 2001 (ZENIT.org).- Obispos de todas las confesiones cristianas concluirán mañana un encuentro en el que analizan la Carta Ecuménica, un documento que debería orientar las relaciones entre las Iglesias y comunidades de bautizados europeos en los próximos años.
En la reunión, que comenzó el 26 de enero pasado, participa el Comité
conjunto de la Conferencia de las Iglesias Europeas (en la que están representados ortodoxos, luteranos, evangélicos, protestantes, y otras confesiones surgidas de la Reforma) y representantes del Consejo de las Conferencias Episcopales Católicas de Europa.
Los líderes cristianos estudian en estos momentos el segundo borrador de la Carta Ecuménica, un texto que quiere servir de base para el diálogo entre cristianos de diferentes Iglesias y comunidades cristianas, evitando por una parte el sincretismo o la indiferencia, pero impulsando decisivamente la comprensión y la colaboración mutuas. El primer borrador había circulado entre todas las Iglesias y comunidades que se encuentran representadas en las dos instituciones, prácticamente todas las del viejo continente.
En un segundo momento, un Comité conjunto ha revisado el documento a la luz de las reacciones recibidas y ahora, la redacción final, ha sido presentada en Porto. Si esta es aprobada, la carta podrá presentarse en el encuentro ecuménico de todos los cristianos europeos, que tendrá lugar en Estrasburgo (Francia) del 17 al 22 de abril.
En el encuentro, se están tratando además las iniciativas que han tomado las Iglesias cristianas para promover el proceso de estabilización en el sudeste de Europa, especialmente tras la guerra de Yugoslavia; un informe sobre la actividad del Comité creado para afrontar las relaciones con el Islam en Europa y la cooperación en el programa sobre la violencia contra las mujeres en Europa.
En la reunión participan seis representantes de la Conferencia de las Iglesias Europeas y seis del Consejo de las Conferencias Episcopales Católicas de Europa. Tiene dos presidentes, por una parte el metropolitano Jérémie del patriarcado ecuménico de Constantinopla, y por otra, el cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga.