Benedicto XVI a los damnificados: "¡No estáis solos!"

Visita pastoral a las zonas afectadas por el terremoto en Emilia-Romaña

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Por Luca Marcolivio

ROVERETO DI NOVI, martes 26 junio 2012 (ZENIT.org).- Duró un par de horas la visita del papa Benedicto XVI a los emilianos damnificados por el terremoto. Rovereto di Novi, en provincia de Módena, fue elegida como meta del santo padre, en cuanto localidad-símbolo de una comunidad eclesial herida: allí, bajo los escombros de la parroquia de Santa Catalina de Alejandría, durante la segunda sacudida sísmica, perdió la vida el párroco don Ivan Martini.

El papa llegó en helicóptero desde el Vaticano en torno a las 10,30, al campo deportivo de San Marino de Carpi, recibido por el obispo de Carpi, monseñor Francesco Cavina, y por el jefe del Departamento de Protección Civil, el prefecto Franco Gabrielli. A bordo de un microbús de Protección Civil, el santo padre se trasladó a Rovereto con todo el séquito.

Durante el trayecto hizo una breve parada ante la iglesia de Santa Catalina, recogiéndose en oración por don Ivan y las otras víctimas del sismo.

Llegado a la avenida principal de Rovereto, Benedicto XVI fue acogido por la población local, junto a las autoridades políticas y eclesiales, entre ellos los obispos de Carpi, Módena, Ferrara y Mantua y Reggio Emilia. En representación del gobierno nacional, estaba presente el ministro de Asuntos Regionales, Piero Gnudi.

En su discurso de saludo, el presidente de la Región Emilia-Romaña, Vasco Errani, compartió con Benedicto XVI el propio «pensamiento conmovido» por las víctimas de los terremotos del 20 y 29 de mayo. Entre estos, el gobernador recordó a don Martini, «testigo de un empeño y de una cercanía espiritual verdadera de la Iglesia hacia quien tiene menos y quien sufre, que en estos días contribuye a aliviar muchas heridas».

Ante la bastante empeñativa obra de reconstrucción que se perfila, Errani dijo al papa: «En estos días difíciles, santo padre, su oración, su solidaridad y su visita de hoy nos confortan y nos dicen que podemos y debemos vencer este desafío».

En su breve discurso de bienvenida al pontífice, el arzobispo de Bolonia, cardenal Carlo Caffarra, dijo: «Estamos seguros, santidad, de que su presencia, signo de una cercanía que durante estas semanas nos ha conmovido profundamente, y su palabra serán de confortación, de consuelo y de esperanza».

Tras aludir a los grandes y generosos esfuerzos de las autoridades civiles y militares, de los sacerdotes, de los laicos y de toda la población emiliana, el purpurado citó las palabras escuchadas en los días pasados a un niño que afirmaba: «Hay tantas grietas en nuestras casas, pero ninguna en nuestros corazones».

«Aún así duramente flagelado, este pueblo está reencontrando una unidad más verdadera y más profunda –añadió Caffarra–, exhortando en conclusión al santo padre, con su presencia y sus palabras, a ayudar a las poblaciones emilianas golpeadas por la desgracia a «vivir este momento tan triste y fatigoso en la luz de la fe y de la esperanza que no defrauda».

Benedicto XVI empezó afirmando haberse sentido, inmediatamente, cercano a los damnificados «con la oración y el interés». Luego, sin embargo, dándose cuenta de que la «prueba se había hecho más dura», el santo padre advirtió «de modo cada vez más fuerte» la necesidad de trasladarse en persona en medio de ellos.

«¡No estáis y no estaréis solos! –añadió Benedicto XVI–. Mirando a vuestras tierras he experimentado profunda conmoción ante tantas heridas, pero he visto muchas manos que las quieren curar junto a vosotros; he visto que la vida vuelve a empezar, quiere recomenzar con fuerza y coraje, y este es el signo más bello y luminoso».

El santo padre hizo un último llamamiento «a las instituciones» y «a cada ciudadano», para que se comporten «como el buen samaritano del Evangelio que no pasa indiferente ante quien está en la necesidad, sino que, con amor, se inclina, socorre, permanece al lado, haciéndose cargo hasta el fondo de las necesidades del otro».

El papa, por último, subrayó la cercanía de la Iglesia a las poblaciones damnificadas, especialmente a través de Caritas «que se empeñará también en la reconstrucción del tejido comunitario de las parroquias».

Se puede leer el discurso completo del papa en: http://www.zenit.org/article-42582?l=spanish.

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ZENIT Staff

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