El cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, se encuentra de visita pastoral en Corea. En su último encuentro allí, se ha reunido en la tarde del 5 de octubre con los seminaristas.
“Este encuentro abraza de forma figurada –dijo el cardenal a los seminaristas reunidos en el Seminario Mayor de Seúl, junto con sus formadores- a todos los alumnos de nuestros seminarios de Corea, a los que dirijo mi más afectuoso saludo. La Iglesia de Corea hoy responde, con más de 1.500 jóvenes, a las necesidades pastorales futuras, preparándoos para el ministerio sacerdotal”.
El cardenal, informa la agencia Fides, se ha detenido para reflexionar sobre el discernimiento y la orientación: “El tiempo que pasáis en el seminario – afirmó – es un tiempo de discernimiento, de orientación y preparación para el servicio de Dios y de la Iglesia. En este contexto, deseo subrayar que la responsabilidad recae en los obispos y los formadores, los cuales no pueden dar a esta tarea una pequeña parte de su tiempo o una atención parcial”.
Enumerando las características que deben poseer cada sacerdote el cardenal señaló: “Que sea un hombre de Dios, un hombre de oración, un amante de la Liturgia de las Horas y de la oración personal; un hombre de gran virtud y caridad…, hombre realmente formado en la Palabra y de la sabiduría divina. Por lo tanto no burócratas o administradores de las cuestiones religiosas como de una asociación piadosa u organización no gubernamental (ONG), no ideólogos de un mensaje evangélico de tipo socializante según una lectura adecuada a las ciencias políticas y sociales, ni siquiera un psiquiatra inmanente y autorreferencial, carente de la trascendencia y de la misión, y menos aún un tipo elitista, o que está lejos de la realidad, en un contexto de pesimismo sin cuerpo, lejos de Dios y los hombres”.
Tras dar las gracias a los obispos, los profesores y los formadores, el Cardenal Filoni concluyó: “Quiero asegurarles, queridos seminaristas, que también nuestra congregación les sigue con mucha atención. Ustedes representan la esperanza de la Iglesia en Corea, una Iglesia viva y muy admirada en el mundo católico, así como en esta región de Asia”