BUENOS AIRES, 25 mayo 2001 (ZENIT.org).- El cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, propuso a los políticos del país una «revolución basada en el nuevo vínculo social del servicio», y recordó que «el poder es servicio y sólo tiene sentido si está al servicio del bien común».
Durante el solemne «Tedeum» oficiado en la catedral metropolitana con motivo del 25 de Mayo, fiesta de la Patria argentina, el purpurado porteño –ante el presidente de la nación, Fernando de la Rúa y otras autoridades—, aseguró que «una sociedad auténticamente humana, y por tanto también política, no lo será desde el minimalismo que afirma «convivir para sobrevivir» ni tampoco desde un mero «consenso de intereses diversos» con fines economicistas».
«La sociedad –aseguró– será auténtica sólo desde lo alto…, desde lo mejor de sí, desde la entrega desinteresada de los unos por los otros».
En este sentido, puntualizó que «cuando emprendemos el camino del servicio renace en nosotros la confianza, se enciende el deseo de heroísmo, se descubre la propia grandeza»; expresión contraria a la propone «dormirse en los contubernios de poder, empeñarse en negar las necesidades, no enfrentar las contradicciones y acentuar los odios internos para prolongar la agonía de las mediocridades».
«Nuestro pueblo –concluyó– bebe diariamente del cáliz del servicio de millones de personas que silenciosamente ponen el cuerpo al trabajo o a la búsqueda de él y no a la especulación, en el servicio de los que sostienen la convivencia y solidaridad callada y no los absurdos fantasmas de xenofobia propias de minorías ideológicas agitadoras de conflictos, en el servicio de los que sufriendo la globalización de la pobreza no han dejado de igualarse en la solidaridad de organizaciones comunitarias y manifestaciones culturales, espontáneas y creativas».