CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 19 de octubre de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI destacó que recordar la bondad del Señor fortalece la esperanza e invitó a guardar en la memoria la propia historia personal como un tesoro.
Lo hizo al comentar el Salmo 136 este miércoles durante la audiencia general en la plaza de San Pedro, continuando sus catequesis sobre la oración y la Biblia.
Según el Papa, la “memoria de la bondad de Dios nos ayuda, se convierte en estrella de esperanza”.
“Cada uno tiene su historia personal de salvación, y debemos hacer un tesoro de esta historia, tener siempre presentes en la memoria las grandes cosas que Dios ha hecho en mi vida, para tener confianza”, destacó.
“Y si hoy estoy en la noche oscura, mañana Él me libera porque su misericordia es eterna”, añadió.
Esto mismo vale para la historia colectiva, para la historia de Israel y para la historia de la Iglesia, explicó.
Y reiteró la importancia de “acordarnos de la bondad del Señor”, ya que “la memoria se convierte en fuerza de la esperanza”.
“El recuerdo nos dice: Dios está, Dios es bueno, eterna es su misericordia-afirmó-. Y así el recuerdo abre, incluso en la oscuridad de un día, de un momento, el camino hacia el futuro: es la luz y la estrella que nos guía”.
Asistencia masiva
La Audiencia General de esta semana se celebró en una mañana soleada en Roma, refrescada por el viento que jugaba con la muceta blanca de Benedicto XVI.
15.000 peregrinos se habían inscrito en la Prefectura de la Casa pontificia, lo cual significa aproximadamente el doble de la asistencia habitual.
Como de costumbre, el Papa ofreció una síntesis de su catequesis italiana en cinco lenguas: francés, inglés, alemán, español y portugués.
Después dirigió a sus visitantes saludos en otras cinco lenguas: polaco, croata, eslovaco, húngaro y checo, antes de volver al italiano.
El Pontífice destacó de diversas maneras que Dios nunca abandona al hombre: su bondad va de la creación a la salvación.
También explicó que Cristo cantó el Salmo 136, que va repitiendo “porque es eterno su amor” a medida que recuerda distintos momentos de misericordia palpable de Dios con el hombre.
“Tradicionalmente cantado en la Cena pascual judía, probablemente Jesús lo rezó durante la última Pascua celebrada con los discípulos”, dijo.
E invitó “a todos a cantar con gozo la alabanza al Señor por el amor eterno que nos tiene”.
Al saludar a los peregrinos de Eslovaquia, el Papa hizo referencia a la Jornada Misionera Mundial que se celebrará el próximo domingo.
Y destacó que el llamado DOMUND constituye «una invitación a renovar nuestra activa cooperación en las obras misioneras de la Iglesia».
«Sed también vosotros misioneros de la Buena Noticia de Cristo -exhortó-, especialmente con vuestras oraciones».