ROMA, viernes 14 de octubre de 2011 (ZENIT.org).- Familia, empresa: superar la crisis con nuevas formas de solidaridad es el título de la conferencia de dos días organizada por la Fundación Centesimus Annus que se está celebrando en Roma.
El encuentro empezó el jueves y ha seguido este viernes, en la sede central de la Universidad Gregoriana en Roma.
El sábado será el broche de oro: los miembros de la Fundación serán recibidos en audiencia por Benedicto XVI.
El director de la Fundación Centesimus Annus, Domingo Sugranyes Bikel, ciudadano español nacido en Friburgo, indicó a ZENIT que el encuentro tiene como finalidad fundamental reflexionar sobre las enseñanzas de la Doctrina social de la Iglesia y contrastarla con la experiencia de cada uno.
“La Caritas in Veritate –dijo–, como las otras encíclicas, tiene una enorme riqueza de ideas y de fondo que no se acaba nunca de explanar, entender, releer”.
Por lo tanto, añadió, se busca “confrontar la encíclica con las problemáticas diarias, buscando establecer puentes con la experiencia de cada uno en la vida profesional”.
El director de la Fundación indicó que en el congreso se quiere “escuchar a los expertos que saben explicar las ideas inherentes en las encíclicas para después confrontarlas con la realidad y la experiencia de cada uno en su contexto social y económico”.
Este congreso, dijo Sugranyes, no prevé “un documento con conclusiones finales: el sábado, el Santo Padre nos expondrá una lección que escucharemos y después estudiaremos en los meses siguientes”.
Además de reflexionar, los participantes están rezando juntos y compartiendo momentos de espiritualidad, explicó.
Como novedad importante, en breve se pondrá a disposición un curso on-line de formación sobre doctrina social de la Iglesia para los agentes económicos.
La versión italiana del curso, ya casi lista, se ha preparado junto a la Universidad Pontificia Lateranense.
La Fundación prevé ofrecer después la versión en inglés y espera preparar también la española.
Sugranyes precisó que participan en el evento unas 300 personas de diez países. “La Fundación está creciendo geográficamente -dijo-. Es una experiencia que cada año reúne a más socios”.
Entre los temas centrales del congreso, se encuentra el de una solidaridad que no puede ser solamente redistributiva, sino principalmente dinámica y creativa.
También se están tratando los valores de empresa, que tienen una relación clara con los valores familiares.
En la introducción, el presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), monseñor Domenico Calcagno, precisó que el congreso se realiza “no para hacer reflexiones sobre teorías, sino durante una crisis económica en acto y por lo tanto arriba de un volcán en ebullición”.
Según Calcagno, el momento de crisis actual presenta una particularidad: “la fuerte acumulación de la deuda pública en los países occidentales, lo que se traduce en un peso para los jóvenes”.
Por lo tanto, indicó, hay que entender que somos en parte responsables del futuro de los jóvenes, quizás “porque hemos consumido más de lo debido, descargando el peso sobre las generaciones futuras”.
En la introducción, el profesor de Economía política y director de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Católica de Milán, Alberto Quadrio Curzio, indicó la necesidad de armonizar la capacidad empresarial con la solidaridad, que entretanto no puede ser estática.
Ilustró la temática con la imagen de san Martín que comparte su manto pero destacó la importancia de saber usar los recursos para crear empresa y trabajo.
“Si la opción aparentemente generosa de distribuir las ganancias entre los trabajadores impide el crecimiento de la empresa, de la inversión y de la ocupación, entonces no fue una preferencia generosa”, afirmó.
La generosidad estática en el caso de san Martín va muy bien desde el momento en que el santo no pueda obtener algo que salvaría a muchos otros -continuó-; contrariamente, sería una opción inadecuada.
El catedrático subrayó además la necesidad de combinar solidaridad y empresa, y aseguró que los sistemas que armonizan solidaridad y empresa logran resistir mejor a la crisis.
Además, en un momento de “demografía débil”, recordó Curzio, los Estados no están combinando de manera adecuada la función familia-empresa, y por lo tanto “ahora se vuelven indispensables las políticas sociales”.
También destacó que las empresas familiares son las que mejor han resistido a la crisis, así como aquellas empresas en las que los trabajadores son una prolongación de la familia.