WASHINGTON, D.C., domingo 2 de octubre de 2011 (ZENIT.org).– El pasado 13 de septiembre el Departamento de Estado estadounidense publicaba su último Informe sobre Libertad Religiosa Internacional. A pesar de que su título es Informe 2010, sólo cubre los últimos seis meses del año, de manera que las futuras ediciones cubrirán el periodo de información de cada año completo.
En la presentación del informe, Michael H. Posner, secretario adjunto de la Oficina para la Democracia, los Derechos Humanos y el Trabajo, afirmaba que vuelven a ser considerados países de especial preocupación los mismos ocho que en la última edición del informe: Birmania, China, Eritrea, Irán, Corea del Norte, Arabia Saudí, Sudán y Uzbekistán.
No obstante, hay muchos países en los que hay graves violaciones de la libertad religiosa, añadía Posner. Señalaba que hay una preocupación especial por la situación de los cristianos en Siria, donde la inestabilidad y la violencia están conduciendo a numerosas violaciones de los derechos humanos.
Al tratar de libertad religiosa, Pakistán, Irak, Vietnam, Egipto eran algunos de los países señalados como graves infractores.
El informe comenzaba señalando la diversidad de formas con las que se restringe la libertad religiosa:
– Represión activa por parte del Estado e impunidad. En países como Irán y Corea del Norte, la religión está bajo un control estricto como parte de un esfuerzo más amplio por dominar la vida política y social en general. Otros Estados, como Eritrea, acosan a la gente hasta tal punto que los creyentes tienen que renunciar a su fe o abandonar el país.
– Ataques violentos de los extremistas. En ocasiones, los grupos extremistas empeoran la situación, como cuando el año pasado al-Qaeda hizo llamamientos para lanzar ataques violentos contra las minorías religiosas de Oriente Medio. En el 2010 hubo ataques contra lugares sagrados sufíes, chiítas, ahmadiyadíes y cristianos y contras sus fieles en Pakistán, observaba el informe. Nigeria también sufrió un aumento notable de la violencia, tanto contra cristianos como contra musulmanes. En febrero de este año hubo un nuevo episodio de violencia que se estima que causó 96 muertes.
– Leyes contra la apostasía y la blasfemia. Estas leyes suelen utilizarse para discriminar a las minorías religiosas. La blasfemia y la conversión del islam, o apostasía, pueden ser castigadas con la muerte en Afganistán, Irán, Pakistán y Arabia Saudí. Se invoca también con frecuencia para obtener ventajas en las disputas o enfrentamientos personales por la posesión de propiedades.
– Antisemitismo. Según el Departamento de Estado, el año pasado hubo una continuación o un incremento del antisemitismo en todos los continentes. Los actos han ido desde la profanación de cementerios a la negación del Holocausto y la publicación de libros y caricaturas.
– Prohibiciones a la vestimenta y expresión musulmana. La prohibición de prendas religiosas en público ha seguido en algunas partes de Europa y se ha introducido también en Francia. Los tribunales franceses ratificaron la ley y en abril de este año se impusieron las primeras sanciones por la nueva ley.
– Prohibiciones derivadas o relacionadas con la seguridad. Algunos países han aprobado o están considerando aprobar leyes que restrinjan la libertad religiosa basándose en la necesidad de proteger la seguridad nacional. Algunos Gobiernos han restringido las actividades de grupos que consideran amenazas.
Por países
En la parte dedicada a Birmania, el informe comentaba que el Gobierno sigue controlando las reuniones y actividades de prácticamente todos los grupos religiosos. Además, las denominaciones religiosas tienen que pedir permiso antes de celebrar cualquier gran evento público. Según el Departamento de Estado, las autoridades niegan con frecuencia la aprobación de las solicitudes para celebrar las fiestas tradicionales cristianas o musulmanas.
También es difícil obtener la aprobación oficial para construir nuevas iglesias o lugares de culto y, en algunos casos, las autoridades bloquean incluso la restauración de los edificios existentes. Los censores del Gobierno siguen aplicando restricciones a la publicación local de la Biblia, el Corán y otros textos cristianos y musulmanes.
La promoción del budismo por parte del Gobierno ha llevado a casos de huérfanos y jóvenes sin techo que han sido dados en acogida a monasterios budistas en vez de a grupos cristianos, para evitar la influencia de los misioneros.
Por otro lado, adherirse o convertirse al budismo sigue siendo una ley no escrita para quienes quieran ascender en los cargos del Gobierno y en la jerarquía militar.
Al mismo tiempo, el Gobierno mantiene un estricto control de los monjes budistas para asegurar que no promueven los derechos humanos o políticos. Tras las manifestaciones a favor de la democracia en el 2007, varios monjes budistas fueron arrestados y el año pasado muchos de ellos seguían en prisión.
En cuanto a China, el informe comenzaba observando que sólo se permite el culto a aquellas denominaciones religiosas que están englobadas dentro de las cinco asociaciones religiosas patrióticas aprobadas por el Estado (budistas, taoístas, musulmanes, católicos y protestantes).
Otros grupos, como los católicos leales al Vaticano, no pueden registrarse como entidades legales. En algunos sitios, las autoridades han acusado a los miembros de las denominaciones no oficiales de delitos como la celebración de actividades religiosas ilegales o de alterar la estabilidad social.
«El nivel de respeto del Gobierno por la libertad religiosa según la ley y en la práctica ha bajado durante el periodo cubierto por el informe», señalaba el Departamento de Estado. Los líderes musulmanes de la región autónoma de Xinjiang Uighur y los líderes budistas tibetanos han informado de que la discriminación aumentó el año pasado.
Quienes quieran entrar en un seminario oficial tienen que obtener el apoyo de su asociación religiosa patriótica. El Gobierno exige además a los estudiantes que demuestren su «confianza política». Los temas políticos forman parte también de los exámenes de los estudiantes de todas las escuelas religiosas.
Durante el periodo analizado en el informe, las autoridades han seguido vigilando, y en ocasiones acosando, tanto a las denominaciones registradas como a las no registradas. Algunos líderes y seguidores religiosos han sido arrestados o sentenciados a penas de cárcel por sus actividades religiosas.
En cuanto a Vietnam, el informe indicaba que hay muchas noticias de abusos de la libertad religiosa. Por ejemplo, muchos católicos y protestantes señalan que los cristianos sufren una discriminación no declarada cuando intentan acceder a cargos gubernamentales.
Algunos creyentes sufren acoso o represión, especialmente si pertenecen a grupos que no tienen reconocimiento oficial. Algunas de las medidas adoptadas por las autoridades incluyen obligar a la Iglesia a dejar de reunirse, el cierre de las iglesias no registradas, y presionar a los individuos para que renuncien a sus creencias religiosas.
Hubo graves conflictos el año pasado entre los feligreses de la iglesia católica de Dong Chiem, que protestaban por la demolición en enero de una gran cruz de hormigón. La multitud de varios centenares de personas fue atacada por la policía, que utilizó gases y golpeó a una docena de individuos.
El informe añadía que, dos semanas después, un religioso católico fue golpeado por la policía hasta quedar inconsciente por intentar entrar en la parroquia cerca de donde la cruz fue demolida. Más tarde, en febrero, un grupo de monjas y otros católicos de Ho Chi Minh City que peregrinaron hasta la parroquia fue acosado por la policía y se le negó la entrada.
Necesarias más medidas
Aunque el Departamento de Estado confirmaba su compromiso con la defensa de la libertad religiosa, la Comisión para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) expresaba su decepción de que no se hubieran añadido más países a la lista de países de especial preocupación.
«La repetición de la actual lista sigue manteniendo omisiones flagrantes, como Pakistán y Vietnam», afirmaba Leonard Leo, presidente de la USCIRF, en un comunicado de prensa el 13 de septiembre.
En su propio informe anual, publicado a principio de año, la USCIRF recomendaba que el Secretario de Estado mantuviera la lista existente de ocho país, pero también que añadiera a la lista Egipto, Irak, Nigeria, Pakistán, Turkmenistán y Vietnam.
Dejando a un lado las diferencias de opinión en la lista de países de especial preocupación, lo que está claro por el último informe es que a demasiados países se les permite salirse con la suya negando un derecho humano básico, la libertad religiosa.
Por el padre John Flynn, LC