WASHINGTON, 6 julio 2001 (ZENIT.org).- «Creemos que es más importante que nunca defender el principio de que el gobierno no debe tratar a ningún ser humano como material de investigación, como un simple medio para el beneficio de otros», afirmó monseñor Joseph A. Fiorenza, obispo de Galveston-Houston, en una reciente misiva enviada al presidente George Bush en nombre de los obispos católicos de los Estados Unidos.
En estos días, el país se encuentra a la expectativa de la decisión de Bush con respecto a la aprobación o no de la utilización de fondos federales para el sostenimiento de investigaciones con células estaminales de embriones humanos.
«Creemos que usted puede tomar en este momento una difícil pero correcta decisión, o preparar el escenario para decisiones casi imposibles en el futuro para usted y sus sucesores, en cuanto que la empresa de la investigación impaciente con los límites morales nos lleva progresivamente hacia una cultura de muerte», afirma la carta.
Asimismo, monseñor Fiorenza explica que aunque «muchos han hecho amplias afirmaciones a favor de los beneficios de la investigación con embriones humanos», sin embargo estas afirmaciones se reducen a simples conjeturas.
«La investigación con células embrionales estaminales no ha ayudado a un solo paciente humano ni demostrado ningún beneficio terapéutico».
«Al mismo tiempo, las células estaminales adultas han ayudado a ciento de miles de pacientes y nuevos usos clínicos se amplían casi semanalmente», recordó, expresando además la preocupación del episcopado norteamericano en el plano legal, ya que «toda un área de leyes en las cuales los estados han sido capaces de expresar el respeto a la vida humana sería removida», ya que no podrían entrar en conflicto con la ley federal.